Como cada año, el último fin de semana de Enero, hacemos una Calçotada. Los 'calçots' son cebollas jóvenes y alargadas y esta es la época para comerlas. Se comen con una salsa romesco que suele ser muy cara para comprar, y que Elena hizo en casa para todos: un montón de litros! Decidimos hacerlo, otra vez, en Gavà, en el huerto del señor Cristóbal. Además, queríamos enseñarle a Ariel, que había venido de visita desde Tel-Aviv. Ariel es aquel que se tiró un mes con nosotros, Andreea y Lucho por Tailandia. ¡Un fenómeno!
Aunque la previsión del tiempo era mala, nos salió un día FER-PEC-TO. Sí pone Ferpecto y no Perfecto :D Primero, teníamos que ordenar la comida, poner la mesa y enfriar las birras.
Después, cocinar.
Más tarde, comer.
La Ah! Y se celebraba el Año Nuevo Chino, y es el año del conejo... el conejo de la Loles!
La cosa se lió, como era de esperar, y volvimos a terminar en mi casa viendo el fútbol. Bueno, ver es un decir, porque acabámos escuchando, porque no veíamos nada de tanta bebida, jeje.
Lucho me robó las birras esas especiales belgas que yo me compro, y terminó haciendo fotos 'artísticas', con Cosín y Svetlana posando, con caritas de borrachuzos, claro! :P