jueves, 31 de diciembre de 2009

Mi cumpleaños en Koh Phangan: Full Moon Party (Countdown)

Día 64
Koh Phangan

Aunque era de esperar una buena resaca para acabar el año, nos levantamos bastante bien. ¡Joder, es mi cumpleaños! ¡Ya son 33 añazos! Una de las primeras imágenes fueron los gayumbos de Ariel, nada eróticos. Empezaba a entender a Andreea :DD Hasta incluso he prometido comprarle unos calzoncillos Calvin Klein (de esos originales) cuando volvamos a Bangkok.


Así estoy con 33 años, al menos, aún tengo pelo y poca barriga :DD


Fuimos todos a desayunar y decidimos tener un día tranquilo, sin movernos mucho, porque por la noche teníamos la Full Moon Party.



Instalamos una oficina ‘móvil’ para Elena en la playa, aprovechando que en nuestro hotel teníamos Internet gratis. Nosotros nos dimos un bañito, e hicimos algo de buceo.


También nos tomamos alguna Chang, para preparar el cuerpo para la noche, pero con control :P


Y así hasta que atardeció, y nos fuimos a hacer un masaje todos, menos Elena. Era el regalo de cumpleaños de Lucho.


Volvimos a la cabaña, y nos empezamos a duchar y vestir. Lo mejor era cenar por la zona, Haad Rin, para poder pillar algún taxi barato. Contra más tiempo pase, más te cobran. Sobre las 20:00 salimos del hotel, y, en la misma puerta, un jeep privado (aquí son taxis) buscando clientes, en su primera carrera. Fue muy fácil hacer un precio barato :DD

Al llegar ya se empezaba a ver el descontrol en el que se iba a convertir esa fiesta, predominada por Australianos e Ingleses, que no son las culturas que mejor toleran el alcohol…

Fuimos a comprar nuestra “entrada”. Es una pulsera que vale unos 2€ y, según dicen, sirve para pagar a los de la limpieza tras la fiesta.


El “Chang Spirit Team” quedó así establecido, o "La Comunidad de la Chang", jeje.


Pero antes nos tocaba llenar el estómago o no habría manera de aguantar la noche. Aunque ya habíamos preparado el organismo la noche anterior, teníamos que comer algo. De todos los sitios que había, decidimos ir a uno familiar que estaba más apartado, en la entrada, para poder tener mesa sin escuchar cánticos ingleses o australianos.


La elección era fácil: ¡Tom Yam! Elena y Luciano siempre algo poco picante.


Andreea quiso rizar el rizo y pidió Cerdo a la parrilla, y tardó más de 1 hora, nos quedábamos sin tiempo.


Mientras esperábamos la cena de Andreea y nosotros ya estábamos cenados, nos tomamos unas cervecitas.


Yo envié buenos pensamientos para todos y cada uno de vosotros ;-)


Casi todo el mundo ya estaba en la zona. Es increíble cómo 50000 personas de todas las partes del globo se reúnen en una pequeña isla de Tailandia, casi sin infraestructuras ni medios de transporte. ¿Cómo funciona el tema? Todos los lugareños venden alcohol, comida, idioteces chinas, etc. Y todos y cada uno de los presentes son blanquitos occidentales. La bebida por excelencia es el ‘bucket’ (cubo), en el que mezclan una botella de alcohol (whisky, gin, ron, vodka…) con alguna bebida y añaden algo isotónico. Sabor malillo, pero muy barato.


No podíamos ser menos y nos apuntamos al Bucket. Las chicas con su Bacardi Breezer.



Caminamos hasta la playa, ubicamos el lavabo (por las chicas, básicamente, porque nosotros tenemos el servicio urgente en el bar “olas del mar” :DD) y nos colocamos en un punto estratégico: buena vista de los carteles, de los fuegos artificiales, cerca de uno de los bares para escuchar música, pero sin estar en medio de todo el puto meollo.

Prendieron fuego al primer cartel que anunciaba que empezaba oficialmente la fiesta en Haad Rin.


La cuenta atrás nos la tuvimos que hacer nosotros solos, porque, con tantísimo borracho antes de la media noche, era imposible mantener un cántico ecuánime. ¡10, 9, 8, 7, 6!


¡5, 4, 3, 2, 1!


¡FELIZ AÑO 2010!


¡NUESTROS MEJORES DESEOS!



Empiezan los fuegos artificiales. Los más descontrolados que he visto en mi puta vida, con una falta de seguridad increíble.


Un tipejo iba encendiendo los petardos que iban saltando, aunque un 10% están mal y no llegan a volar mucho, explotando muy cerca del suelo y haciendo la palmera sobre la gente. Nos tapábamos la cabeza con el bucket de bebida como podíamos, mientras íbamos reculando. Uno de los petardos, ya cerca del final, no llegó a volar más de un metro, explotando en el escenario y encendiendo el resto de la traca, todos a la vez. La gente corría y corría, alguno se veía con la cara y/o cuerpo negro de la pólvora que explotaba bastante bajo. ¡Madre de Dios!

Con el alcohol como anestesia no hubo que llorar por ninguna baja. Seguimos bailando, encontrando personajes del mundo, bebiendo y disfrutando.

El número de borrachos se incrementaba exponencialmente, la cantidad de gente meando en la playa se retiraba hasta las pistas de baile (la arena). Algunos intentaban follar de pie, otros tumbados; por otro lado, una pota; allí, una pelea. Pero, un gran número de gente, disfrutaba.


Es una pena que los diferentes bares no tienen ningún mecanismo de aislamiento acústico, y se escuchaban todas las músicas mezcladas. Casi todo ‘chumba-chumba’. Nosotros a lo nuestro, pasándolo bien y conociendo gente; encontrándonos con algún CSer… Todo sin problemas.

Sobre las 4:30, algo contentillos, pero mantiendo muy bien las formas, decidimos retirarnos Andreea, Elena y yo. Ariel se quedaba con Luciano. Ahora venía otra pelea, taxi de vuelta sin que nos levante la camisa. Por suerte, a un taxi que ya salía lleno e iba en nuestra dirección le cabían dos más. Éramos tres, así que súper precio reducido por apretarnos :DD Al final nos quedamos solitos...


Ariel llegó una hora después de nosotros, con el piloto automático del morao y se metió en la cama del tirón. Luciano llegó más tarde, y, por no molestar, se quedó en la habitación R2-H, es decir, en la hamaca. Creo que tuvo algo que ver el hecho que al llegar, una de nuestras vecinas estaba echando un polvo en el porche de su cabaña, y él disfrutaba de una buena vista, pero no se unió :DDD Si su madre viera esta foto, tal y como él dice, tomaría un vuelo y se iría directamente a recogerlo.


En resumen, una fiesta interesante por toda la gente que hay y porque vienen de todas partes del mundo, pero tampoco es para echar cohetes, y menos al estilo tailandés, jeje. Quizás en nuestra tierra somos demasiado fiesteros y tenemos playas con fiestas todo el año :D

Control de Gastos:
- Desayuno: 180 THB (3,75 €)
- Bebidas: 200 THB (4,17 €)
- Taxi: 500 THB (10,42 €)
- Comida: 80 THB (1,67 €)
- Entrada: 200 THB (4,17 €)
- Fiesta: 900 THB (18,75 €)

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Descontrol en Koh Phangan

Día 63
Koh Phangan

Nuestra misión del día era encontrar transporte para la playa de Haad Rin el día siguiente, cuando se celebraba la Full Moon Party, a ser posible, a un precio razonable. Después, esperar a Luciano y a su amigo, que venían de Koh Tao.


Primero, nos cambiamos y salimos a ver nuestra playa, de día, que aún no habíamos podido disfrutarla. Como véis, nuestra cabaña era muy agradable, dos camas (doble y simple), una hamaca colgada fuera y una hamaca de playa en la puerta, habitación R2.


Dos dimos un bañito mañanero y esperamos a que Andreea se cambiara.


Por la mañana, en el Golfo de Tailandia, la marea está alta, en su máximo esplendor. Aquí la foto.


Os incluyo una foto del aspecto de la playa con la marea baja, para que hagáis la comparación (guiaros por la piedra grande al fondo y el cartel a la izquierda).


La primera opción era alquilar un Jeep para los 5, pero estaba todo alquilado, y solamente nos ofrecieron un quad :DD Al menos, conseguimos transporte para ese día para ir a la playa, una de las más bonitas de Koh Phangan. Para hacer tiempo, nos fuimos a desayunar tranquilamente y comprar algo para llevar a la playa (¡cervezas!). Fuimos a la ‘Mama’, altamente conocida en la zona por su cocina y buen rollo. En ese momento nos llamó Luciano, que ya habían llegado al hotel. Hicimos una parada con nuestro “taxi” en el hotel para dejar sus mochilas en el cuarto y recoger a Luciano y a su amigo, Ariel, también argentino de Buenos Aires pero que vive en Israel.

Los cinco nos metimos en el coche y el tipo nos llevó a la playa que le habíamos dicho: Haad . Nada más llegar, establecimos el campamento bases y empezamos a charlar, tomar cervezas Chang (que significa ‘Elefante’ en thai) y disfrutar de un buen día de playa. Teníamos pica-pica y bebidas, ¿qué más podríamos pedir? El taxista nos iba a recoger cuando le llamásemos.

Pues así empezamos, unas patatas, unas chang, unos bacardi breezer, un bañito, risas por aquí, historias por allá…


Lo peor es que continuamos igual todo el santo día, bebiendo y charlando en la playa, incluso en el agua.


Suerte que Andreea, la reportera fotógrafa del equipo, con su cámara nueva, nos seguía haciendo fotos, sino no habría reportaje :P


Hasta que se nos hizo de noche, vimos un precioso atardecer y llamamos a nuestro ‘taxi’ de vuelta. Mientras, nos cambiábamos de ropa y yo puse en el iPod una cancioncilla de Las Mosca Tse-Tse, un grupo de Buenos Aires, dedicada a la selección de fútbol de Argentina.



Ya llevábamos tantísima Chang en el cuerpo, con esos 8-10 grados que el ritmo fluía sin problemas. Todos a la par: “Yo te quiero dar, algo de corazón; iremos a festejar, hasta que el mundo se abra en dos”. Íbamos cambiando los auriculares de persona y los cinco íbamos cantando a la par. Creo que nos conoció toda la isla, cantando y bailando por la carretera, dentro del Jeep… ¡Descontrol total!


Al llegar al hotel, fuimos a por más Chang y tuvimos que cenar algo (una sopita extra picante Tom Yum nunca sienta mal). La canción había degenerado a algo similar a: “Yo te quiero Chang, con todo el corazón…” :DD


Elena hizo un nuevo amigo, que cenó con nosotros; y hay que mencionar que en Tailandia los gatos son los putos amos. Vagan libremente por donde quieren y viven como reyes.


Luciano nos hizo el truco después de cenar, mientras seguíamos cantando y añadiendo más personas al grupo. Dijo, literalmente, “voy un momento…”, ni a dónde, ni para qué. El resto seguimos con las Chang y cuando volvimos a buscar a Lucho estaba totalmente sobada en la hamaca en la puerta de la cabaña :DD


Nos quedamos dormidos en las hamacas en la playa, charlando, cantando y descontrolando. Gente de los hoteles colindantes venía al bar de nuestro hotel pensando que había una fiesta organizada, pero no, éramos nosotros, un grupillo de borrachitos.

Ya contentillos, no nos quedó otro remedio que irnos a dormir. Ariel intentó dormir en la cabaña de Andreea (por el tema de gestionar las camas y el espacio), en actitud altamente profesional :DD pero la comunicación falló y tuvo que venir a nuestra cabaña a dormir. De paso, rociamos a Luciano con repelente y le tapamos, porque en Koh Phangan no hace tantísimo calor de noche como en otras zonas de Tailandia. El repelente es algo MUY NECESARIO en Tailandia. Cada 4-5 horas hay que rociarse si no quieres empezar a notar aguijones :P

Control de Gastos:
- Desayuno: 180 THB (3,75 €)
- Bebidas: 200 THB (4,17 €)
- Taxi: 320 THB (6,67 €)
- Comida: 530 THB (11,04 €)
- Cena: 250 THB (5,21 €)
- Birras: 100 THB (2,08 €)

martes, 29 de diciembre de 2009

Llegada a Koh Phangan

Día 62
Koh Phangan

Hacia las 4 de la mañana, el autobús hizo una parada, en un bar que también regenta la misma empresa que hace los viajes combinados de bus-barco a las islas. Un negocio redondo. Hicimos algo para comer, aunque a esa hora no había mucha hambre.


Después volvimos al bus para hacer dos horas más hasta Suratthani. En principio, desde esta ciudad debíamos tomar un barco hasta Koh Phangan que salía a las 8 de la mañana. El barco estaba ahí, pero iba a Koh Tao, otra de las tres islas del Golfo de Tailandia, junto con Koh Samui. Por cierto, “Koh” significa “isla” en Thai.


Mis niñas estaban cansadas, pero aún así les hice una fotillo con la cara de madrugón.


Elena no tenía demasiadas ganas :DD


Finalmente, a las 8 vino otro autobús, uno de los más cutres del mundo, sin aire ni nada, pero con algún ventilador enganchado al techo. Llenísimo de gente, se puso en dirección a otro puerto desde donde salía el barco a Koh Phangan.


Una vez llegados al muelle (‘pier’), otra pegatina y 3 horas más de espera.


Matamos el tiempo como bien pudimos, y comimos algo, también regentado por la misma empresa.


Cuando llegó el barco, empezó el descontrol de las maletas. Básicamente se tiran al suelo, y el problema llega después para recogerlas.


Una hora y media hasta Koh Samui, y 1 hora más hasta Koh Phangan. ¡Hasta los huevos de buses, barcos y su puta madre! Pero por fin estamos en nuestro destino. Recoger las maletas era una odisea, porque las iban lanzando desde la cubierta por una pasarela y todas se almacenaban en el suelo, así que el caos de gente buscando maletas en 3 metros cuadrados, empujones, nervios…

Ya con nuestras maletas salimos del muelle y allí nos esperaba Lek, nuestro agente de viajes, por llamarlo de alguna manera. Nos metió en un tuk-tuk y nos puso en dirección a nuestro hotel, Benjamin´s Hut, ubicado en Haad Chao Pao.


Al llegar, la sorpresa fue que el precio no era el que habíamos pactado, era un poquito más caro. Es la temporada más alta y no quedaba nada libre, así que tuvimos que tragar. Al menos eran habitaciones bastante grandes, Andreea con aire acondicionado y nosotros sin, porque no quedaba nada. Tampoco pudimos reservar otra para Luciano y su amigo, que llegaban el día siguiente.



Nos fuimos a echar una buena siesta porque estábamos realmente destrozados. Más que una siesta, fue dormir en toda regla, porque dormimos 6-7 horas, y ya era el momento de cenar. Sin complicaciones, nos quedamos en el hotel, pues no estaba ubicado en ninguna de las partes más pobladas de la isla, casi mejor.


Después de cenar nos tomamos unas birretas en la playa privada de nuestro hotel, en las hamacas y charlando un ratito. Nos fuimos a dormir a una hora prudente porque el día siguiente ya empezaba la juerga.


Control de Gastos:
- Desayuno: 105 THB (2,19 €)
- Bebidas: 150 THB (3,13 €)
- Comida: 160 THB (3,33 €)
- Cena: 350 THB (7,29 €)
- Birras: 275 THB (5,73 €)
- Hotel: 3750 THB (78,13 €)