viernes, 25 de diciembre de 2009

Templos y Palacios en Bangkok, y Pussy Ping Pong

Día 58
Bangkok

¡FELIZ NAVIDAD!

Aunque para nosotros sea Navidad, aquí es un día más, así que te metes en su rutina. Al levantarnos para ir a desayunar, avisamos a Andreea y abajo se nos unió David. Había curiosidad por saber qué pasó la noche anterior :DDD Resulta que la chica le dijo al llegar a la habitación: “You Bang-Bang, you Pay”; él puso cara de póker y dijo que nada de pagar… ¡La chica se fue!

Pero aún no había llegado Dipu, que apareció cuando estábamos desayunando. Venía sin dormir, pero follado. Conoció una chica en el famoso bar (viuda 35 años, pero conservada en formol, como todas aquí), y se fueron a un hotel, a celebrar la Navidad :DD

Ellos se iban a Phuket, y nosotros íbamos a descubrir los templos más importantes de Bangkok. Primero, el Palacio Imperial (Grand Palace), pero cuando llegamos, justamente estaba en la hora de ceremonias, por lo que teníamos que esperar 1,5 horas para entrar. El tipo de la puerta nos buscó un Tuk-Tuk “oficial”, muy difíciles de conseguir, y por un precio realmente irrisorio, nos llevó al resto de templos que el de la puerta nos había organizado. Estos Tuk-Tuk son muy baratos porque la gasolina la paga el Estado.


El primero era un templo que tenía un Buda de pie de 45 metros, todo dorado. El conductor nos esperaba siempre en la puerta mientras visitábamos el interior.


De camino a la segunda parada, nos llevó, sin decirle nada, a una tienda que hacen trajes a medida. Media vuelta, y hacia nuestro segundo templo, el Wat Saket (The Golden Mount). Aún así, nos pidió parar para poner ‘gasolina’ y que nos dejaba en una tienda. Esta vez, una joyería. ¡Qué pesado!


Cuando llegamos al Monte Dorado, vimos muchísimas escaleras para subir. Y cuesta subirlas, pero pudimos ver una buena vista de la grandiosa Bangkok con toda su polución.


También se empieza a entender la pasión por la bandera aquí. Por un lado, la bandera del país.


Por el otro, la bandera amarilla del escudo real.


Al bajar, nuestro Tuk-Tuk oficial había desaparecido, y tuvimos que buscar otro para ir al Palacio Imperial de vuelta. Más peleas y más regateos. Un rato hasta que pudimos tener un precio razonable.

Cuando llegamos al Palacio fuimos a comprar las entradas. Estas no son para nada baratas, pues son algo más de 7€ por persona. Aunque la vista exterior ya prometía.


Una vez dentro te das cuenta de lo grandioso que es el Palacio, con infinidad de templos dentro. Unos con guerreros:


Otros con formas rectangulares y pináculos coronándolos:



Figuras/demonios para imponer respeto:




Nosotros haciendo el capullo:


Todo es dorado, quizás un poco recargado para mí:


Y en el centro del palacio principal, la atracción del Buda de Esmeralda. Este tendríamos que robarlo, y verías que bien iría la hipoteca:


Por el Palacio sigues andando, y andando, y más andar. No se para de ver templos, templos y más templos. También hay un museo militar, unos jardines, un palacio, y a la salida, más templos. En total, unas 2 horitas allí dentro. Se podría estar más tiempo, pero tampoco vale la pena dedicarle más.

Desde aquí, cansados y sin comer, volvimos hacia el hotel para ir a un restaurante muy local que nos habían recomendado. No tenía nombre, pero de lo mejor de la zona. Allí fuimos y lo encontramos fácilmente, en Rambuttri, en frente del mejor hotel del área, el Sleep With Inn. Tras haber visto varios hoteles y precios en Tailandia, el mejor es el Sleep With Inn. Por poquito menos de 20€ tienes aire, agua caliente, piscina y un diseño genial, además está en la calle de atrás de Khao San Road.


Sentaditos en el restaurante nos pusimos a examinar el menú: todo comida local, con poquitas explicaciones. Pedimos carne (aquí son porciones muy pequeñas de carne), marisco (queda reducido a 3 gambas y 1 calamar), fideos, arroz, sopa. Todo con diferentes salsas. ¡Buenísimo! Me pedí una sopa Tom Yam (se puede ver escrito como Tom Yum también), muy, muy picante, pero buenísima. Está hecha con hojas de limón y con chili, un sabor auténtico y único. Luego a cagar fuego, pero es lo que hay.


Picaba todo muchísimo, hasta el punto que teníamos que pedir más líquido, y solamente tenían cosas de Pepsi, pero a Andreea no le molestó mucho, pese a trabajar en Coca-Cola :DD


Al acabar la comida/merienda, nos fuimos al hotel a prepararnos para ver el famoso espectáculo del Ping Pong :DD Primero cerramos el viaje para el día siguiente con la agencia del hotel, la dueña ya era amiga nuestra. Tampoco está mal el Sawasdee Welcome Inn, porque es muy barato y tiene agencia debajo que se encargan de todo, muy barato además; pero es cutrísimo. La chica nos escribió en thai el nombre de la calle, para que los taxistas pudiesen saberlo: PatPong.


También habíamos quedado con Yim, la chica tailandesa que estuvo con nosotros el día anterior, y una amiga suya, también tailandesa, pero que vive en Inglaterra desde hace ya mucho. Ellas no querían ver el “espectáculo”, por lo que venían algo más tarde.

Ya duchaditos, pelea con los taxistas por el mejor precio y de camino a PatPong. Allí, el asalto es total para entrar a ver el Ping Pong. Solamente tienes que esperar al mejor postor, que te haga algún descuento o algo.

Nosotros pagamos 100 baht por la entrada, pero estás obligado a consumir una cerveza de 200 baht, así que pagamos 300 baht con bebida, para hacerlo más fácil. A algunos les levantan la camisa y pagan más del doble, como a David y a Dipu.

Una vez dentro, sentaditos con nuestras cervezas, las chicas dentro empiezan su juego. Las del escenario, en pelotas, bailando, y alguna haciendo atracciones. Las chicas de fuera se tiran sobre los chicos, y empiezas a notar manos por todas partes: masaje en la espalda, mano en la pierna, otra mano en el culo. Y las chicas empiezan a decir que les si les pagas una Coca-Cola a las 4 amigas. Un momento bastante incómodo. Después vienen las que han traído las birras, y empiezan a decir “tip, tip, tip” (propina), y no paran. Me tuve que cabrear y les dije a las ‘camareras’ que les daba 100 baht de propina (50 a cada una, que es 1 euro) si se iban y se llevaban a sus amigas; si volvían de nuevo, me quedaba con la propina. ¡Funcionó!


Sentados en primera fila, empezó el espectáculo. Primero, “Pussy Open the Bottle”: una viejales con un pareo (por suerte) se metió una botella de soda en el coñito y ¡pum!, botella abierta. Hasta incluso orientaba la salida de la gaseosa, hasta mojarme y bajar corriendo para decir su frase predilecta “tip, tip, tip”.

Siguieron con los espectáculos, aunque era más denigrante que agradable, y las chicas, menos una de ellas, daban un poquito de pena: gordas, viejas, caras de transexual… Había una de ellas de salía del escenario, se metía de todo dentro y luego volvía a sacarlo en público. Lo peor cuando se metió cuchillas, y me las tiró encima del mostrador para que yo estirase. ¡Su puta madre!

Pussy Chopsticks, que con los palillos agarran anillas y las mueven; Pussy Blowing Candle, para apagar la vela de un soplido; Pussy Smoke Cigars, tragando humo y sacándolo; y todos los de una lista inacabable.

Pero bueno, había 3 que me impresionaron más: Pussy Ping Pong, la chica embadurna unas pelotas de ping-pong con vaselina, se las introduce una a una y empieza a lanzarlas. Incluso puedes esperar detrás de la barra con una raqueta para devolverlas, y no es coña :DD

Después está el Pussy Cerbatana, en el que cuelgan unos globos, y con una cerbatana a varios metros empieza a disparar hasta que los explota todos. Este nos hizo cambiarnos de la barra a una de las mesas.

Por último, el Pussy Write Letter, en el que la señora estaba empeñada en mi propina (quizás en ese momento ya era de los pocos hombres del local), sin parar de señalar y gritarme algo que no entendía. Pues se metió el rotulador y empezó a pintar/escribir. Al terminar, salió, y me trajo el dibujo: mi retrato (hecho en su totalidad por su vagina) con la frase “Amazing Thailand”. Ésta sí que se había ganado su propina, pero la pagó Andreea y se quedó con el dibujo, toda sorprendida.


Ya horrorizados, visto todo el espectáculo en 30-45 minutos, salimos, porque nos esperaba Yim en la puerta con su amiga. Buscamos un bar para tomar algo y poder charlar; seguían acosándonos con el Pussy Ping Pong en cualquier calle. Hordas de guiris totalmente borrachos, chicas tocándote y pidiendo que les pagues algo: el verdadero panorama de PatPong. Conseguimos meternos en la calle más pija y menos descontrolada. La música estaba más bajita y se podía hablar. De camino, un bar ‘de tapas’ publicitado por Estrella Damm.


Finalmente, nos sentamos a tomar una cervecita y reírnos un rato.


No tardamos mucho en irnos, porque las chicas iban a alguna fiesta a la que no queríamos unirnos. Nos quedamos por la zona, visitando el mercado nocturno, caminando por la calle gay de Bangkok, y haciendo un rato de terapia del Doctor Fish, tan común en Malasia. Es una pecera grande con unos peces que se comen la piel muerta para que regenere mejor. Impresiona un poco y es barato.



Desde aquí, taxi y a dormir, sin olvidar que vimos un coche de la 'Tourist Police', policía dedicada a turistas. Supongo que hablarán inglés :DDD


Control de Gastos:
- Grand Palace: 700 THB (14,58 €)
- Bebidas: 40 THB (0,83 €)
- Tuk-Tuk: 40 THB (0,83 €)
- Comida: 330 THB (6,88 €)
- Cena: 200 THB (4,17 €)
- Ping Pong: 700 THB (14,58 €)
- Birras: 385 THB (8,02 €)

4 comentarios:

  1. O sea, con 400 euros al mes ahí eres el Rey del Mambo, lo que me decían... que guapo.

    ResponderEliminar
  2. Hombre, Fer, depende de la 'calidad' que estés dispuesto a soportar :DDD

    Puedes encontrar habitaciones por 8€ al día, con ventilador, o por 20€ con agua caliente y aire acondicionado.

    Puedes comer por 2,5€ con una birra, o puedes comer por 6€ (más sí que es difícil :P)

    ResponderEliminar
  3. EL TAL DAVID QUE PENSABA QUE LA TIA SUBIA POR AMOR O QUE??? XQ ERA GUAPO,, ANDA QUEE......TELA!

    ResponderEliminar