Como nos daban el visado para Tailandia a partir de las 14:00, nos levantamos tranquilamente, desayunos, nos preparamos… todo sin mucha prisa :DD
Después salimos hacia la Embajada de Tailandia a recoger el pasaporte. Mientras Elena hacía cola, yo leía un poco internet en el móvil, porque en Singapur la wifi es gratis, y llega a muchas zonas de la ciudad, incluyendo el aeropuerto. Lo único que se necesita es una cuenta, que se puede crear en la primera conexión. Llovía bastante, a ratos.
Después salimos hacia la Embajada de Tailandia a recoger el pasaporte. Mientras Elena hacía cola, yo leía un poco internet en el móvil, porque en Singapur la wifi es gratis, y llega a muchas zonas de la ciudad, incluyendo el aeropuerto. Lo único que se necesita es una cuenta, que se puede crear en la primera conexión. Llovía bastante, a ratos.
Una vez recogido el pasaporte con el visado para Elena, cogimos el metro en dirección a Vivo City, un centro comercial gigantesco, mirando hacia la isla de Sentosa, que tiene un centro de negocios muy grande alrededor. Una de esas empresas en el centro de negocios era Canon. Elena quería llevar su cámara porque decía que tenía algo dentro, pero la miraron y nada, todo OK.
Aprovechando, subimos a la planta de comida del Vivo City y pudimos comer. Las opciones eran mil, y, al final, escogimos un plato muy común entre los chinos de Singapur: es una sopa, con diferentes fideos a escoger, a la que le vas echando cosas que tú mismo seleccionas. Puedes poner marisco, verduras, carne, huevos, etc.
Al terminar la comida fuimos a la azotea, que tenía una buena vista, con la Ópera en forma de “durian” (una fruta), el puerto y el puente hacia isla Sentosa. Nos hicimos un café mientras ganábamos tiempo para quedar con Tommy, que habíamos quedado en Chinatown.
De camino al metro, vimos una tienda oficial National Greographic; muy interesante, pero muy cara. Excepto meterte en una cámara a -20 grados para probar la evolución del calor corporal humano en climas adversos. Desde fuera:
Y desde dentro:
Llegar al metro es una tarea difícil, porque bajo los centros comerciales, y las principales paradas de metro hay verdaderas ciudades, pasadizos, escaleras, y gente, mucha gente. Después está el tema de los billetes aquí. Cada vez que compras un billete, pagas 1€ de depósito por la tarjeta, que luego te devuelven, cuando sales. Es un poco coñazo, la verdad. Y los mensajes morales ya son la bomba.
Total, llegamos a Chinatown y fuimos en busca del McDonalds, donde habíamos quedado. Como teníamos algo de tiempo, nos tomamos un buen té con hielo de esos de aquí. Cuando llegó Tommy nos hizo una ruta por Chinatown: tiendas, templos, bares, etc.
Al terminar la ruta nos llevó a cenar a un sitio muy, muy chino, con comida buenísima y bastante barata. Nos está convirtiendo en expertos en comida china, que, lamentablemente, no tiene nada que ver con la tenemos en casa, pero nada de nada, ninguna relación. Aquí no hay ‘aló tle delicia’ en ningún sitio :DDD
De camino a casa, Tommy nos quiso llevar a la “oficina” de su padre, porque estaba justo al lado de un bloque de pisos que tiene una muy buena vista de Singapur de noche.
Vamos a explicar ligeramente el trabajo del padre de Tommy, llamado Sun y con el número 79, que le convierten en “Sun 79”. Básicamente, se encarga de dar dinero prestado a algunos y luego recolectar los beneficios que pueden suponer. La diferencia es que es cinturón negro de Aikido :DD
Bien, pues su oficina es una mesa en un bar dentro de Chinatown. Allí está él, tomando cervezas todo el día, y hablando con sus “clientes” :DD Él se alegró mucho de vernos y compartió con nosotros sus birras. La camarera no paraba de sacar cervezas y de llenarnos el vaso. Tuve que decirle que parase, sin que se ofendiese, mientras me hacía llaves de Aikido, bromeando. ¡Vaya tela!
Conseguimos alejarnos de la mesa para ir al mirador que nos proponía Tommy. Simplemente un bloque de pisos en Chinatown, donde él vivía cuando nació, con una muy buena vista nocturna desde la planta 18 ó 20.
Ya cansados, nos fuimos a casita, en autobús. ¡A dormir!
Control de Gastos:
- Bus: 9 SIN$ (4,50 €)
- Metro: 8,4 SIN$ (4,20 €)
- Tentempié: 4,8 SIN$ (2,40 €)
- Comida: 20 SIN$ (10 €)
- Postales: 1 SIN$ (0,50 €)
- Cena: 27 SIN$ (13,50 €)
Aprovechando, subimos a la planta de comida del Vivo City y pudimos comer. Las opciones eran mil, y, al final, escogimos un plato muy común entre los chinos de Singapur: es una sopa, con diferentes fideos a escoger, a la que le vas echando cosas que tú mismo seleccionas. Puedes poner marisco, verduras, carne, huevos, etc.
Al terminar la comida fuimos a la azotea, que tenía una buena vista, con la Ópera en forma de “durian” (una fruta), el puerto y el puente hacia isla Sentosa. Nos hicimos un café mientras ganábamos tiempo para quedar con Tommy, que habíamos quedado en Chinatown.
De camino al metro, vimos una tienda oficial National Greographic; muy interesante, pero muy cara. Excepto meterte en una cámara a -20 grados para probar la evolución del calor corporal humano en climas adversos. Desde fuera:
Y desde dentro:
Llegar al metro es una tarea difícil, porque bajo los centros comerciales, y las principales paradas de metro hay verdaderas ciudades, pasadizos, escaleras, y gente, mucha gente. Después está el tema de los billetes aquí. Cada vez que compras un billete, pagas 1€ de depósito por la tarjeta, que luego te devuelven, cuando sales. Es un poco coñazo, la verdad. Y los mensajes morales ya son la bomba.
Total, llegamos a Chinatown y fuimos en busca del McDonalds, donde habíamos quedado. Como teníamos algo de tiempo, nos tomamos un buen té con hielo de esos de aquí. Cuando llegó Tommy nos hizo una ruta por Chinatown: tiendas, templos, bares, etc.
Al terminar la ruta nos llevó a cenar a un sitio muy, muy chino, con comida buenísima y bastante barata. Nos está convirtiendo en expertos en comida china, que, lamentablemente, no tiene nada que ver con la tenemos en casa, pero nada de nada, ninguna relación. Aquí no hay ‘aló tle delicia’ en ningún sitio :DDD
De camino a casa, Tommy nos quiso llevar a la “oficina” de su padre, porque estaba justo al lado de un bloque de pisos que tiene una muy buena vista de Singapur de noche.
Vamos a explicar ligeramente el trabajo del padre de Tommy, llamado Sun y con el número 79, que le convierten en “Sun 79”. Básicamente, se encarga de dar dinero prestado a algunos y luego recolectar los beneficios que pueden suponer. La diferencia es que es cinturón negro de Aikido :DD
Bien, pues su oficina es una mesa en un bar dentro de Chinatown. Allí está él, tomando cervezas todo el día, y hablando con sus “clientes” :DD Él se alegró mucho de vernos y compartió con nosotros sus birras. La camarera no paraba de sacar cervezas y de llenarnos el vaso. Tuve que decirle que parase, sin que se ofendiese, mientras me hacía llaves de Aikido, bromeando. ¡Vaya tela!
Conseguimos alejarnos de la mesa para ir al mirador que nos proponía Tommy. Simplemente un bloque de pisos en Chinatown, donde él vivía cuando nació, con una muy buena vista nocturna desde la planta 18 ó 20.
Ya cansados, nos fuimos a casita, en autobús. ¡A dormir!
Control de Gastos:
- Bus: 9 SIN$ (4,50 €)
- Metro: 8,4 SIN$ (4,20 €)
- Tentempié: 4,8 SIN$ (2,40 €)
- Comida: 20 SIN$ (10 €)
- Postales: 1 SIN$ (0,50 €)
- Cena: 27 SIN$ (13,50 €)
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