martes, 29 de diciembre de 2009

Llegada a Koh Phangan

Día 62
Koh Phangan

Hacia las 4 de la mañana, el autobús hizo una parada, en un bar que también regenta la misma empresa que hace los viajes combinados de bus-barco a las islas. Un negocio redondo. Hicimos algo para comer, aunque a esa hora no había mucha hambre.


Después volvimos al bus para hacer dos horas más hasta Suratthani. En principio, desde esta ciudad debíamos tomar un barco hasta Koh Phangan que salía a las 8 de la mañana. El barco estaba ahí, pero iba a Koh Tao, otra de las tres islas del Golfo de Tailandia, junto con Koh Samui. Por cierto, “Koh” significa “isla” en Thai.


Mis niñas estaban cansadas, pero aún así les hice una fotillo con la cara de madrugón.


Elena no tenía demasiadas ganas :DD


Finalmente, a las 8 vino otro autobús, uno de los más cutres del mundo, sin aire ni nada, pero con algún ventilador enganchado al techo. Llenísimo de gente, se puso en dirección a otro puerto desde donde salía el barco a Koh Phangan.


Una vez llegados al muelle (‘pier’), otra pegatina y 3 horas más de espera.


Matamos el tiempo como bien pudimos, y comimos algo, también regentado por la misma empresa.


Cuando llegó el barco, empezó el descontrol de las maletas. Básicamente se tiran al suelo, y el problema llega después para recogerlas.


Una hora y media hasta Koh Samui, y 1 hora más hasta Koh Phangan. ¡Hasta los huevos de buses, barcos y su puta madre! Pero por fin estamos en nuestro destino. Recoger las maletas era una odisea, porque las iban lanzando desde la cubierta por una pasarela y todas se almacenaban en el suelo, así que el caos de gente buscando maletas en 3 metros cuadrados, empujones, nervios…

Ya con nuestras maletas salimos del muelle y allí nos esperaba Lek, nuestro agente de viajes, por llamarlo de alguna manera. Nos metió en un tuk-tuk y nos puso en dirección a nuestro hotel, Benjamin´s Hut, ubicado en Haad Chao Pao.


Al llegar, la sorpresa fue que el precio no era el que habíamos pactado, era un poquito más caro. Es la temporada más alta y no quedaba nada libre, así que tuvimos que tragar. Al menos eran habitaciones bastante grandes, Andreea con aire acondicionado y nosotros sin, porque no quedaba nada. Tampoco pudimos reservar otra para Luciano y su amigo, que llegaban el día siguiente.



Nos fuimos a echar una buena siesta porque estábamos realmente destrozados. Más que una siesta, fue dormir en toda regla, porque dormimos 6-7 horas, y ya era el momento de cenar. Sin complicaciones, nos quedamos en el hotel, pues no estaba ubicado en ninguna de las partes más pobladas de la isla, casi mejor.


Después de cenar nos tomamos unas birretas en la playa privada de nuestro hotel, en las hamacas y charlando un ratito. Nos fuimos a dormir a una hora prudente porque el día siguiente ya empezaba la juerga.


Control de Gastos:
- Desayuno: 105 THB (2,19 €)
- Bebidas: 150 THB (3,13 €)
- Comida: 160 THB (3,33 €)
- Cena: 350 THB (7,29 €)
- Birras: 275 THB (5,73 €)
- Hotel: 3750 THB (78,13 €)

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