miércoles, 9 de diciembre de 2009

La ciudad humeante de Rotorua

Día 41
Rotorua

Normalmente, hay que salir de casa de Jeff y Vicky sobre las 7:40, cuando llevan al niño al colegio, pero, por suerte, no hoy, porque Vicky tiene fiesta, jeje. Ellos son un matrimonio de 40 años, profundamente católicos; Jeff es carpintero y Vicky trabaja en un hotel en Rotorua. El hijo de ambos, Mike, es la bomba, aunque demasiado activos para viajeros como nosotros, jeje.

Tampoco salimos muy tarde, porque teníamos que ir a ver toda la zona termal de Wai-O-Tapu, y la hora máxima son las 10:30, cuando el geiser Lady Knox explota.

Pillamos el coche y salimos para allí, con la mala suerte de pillar un camión y una ‘mujer’ lenta delante. ¡Joder, que no llegamos! Hay que esperar a un carril de adelantamiento, pero a la mujer también se le ocurre adelantar, a 90 km/h, así que me tengo que poner muy detrás suyo para que le dé miedo y se vaya al lado. Al adelantar le dije a Elena que tenía que ser una yaya, pero no, era una chica joven. Bueno, seguimos hacia Wai-O-Tapu.


Llegamos con el tiempo justo para preguntar cómo funcionaba todo y comprar los billetes. Básicamente, la entrada (que nadie mira, por si alguien lo quiere saber) da acceso a todo el complejo Thermal Wonderland, y al geiser principal, que está separado, y que llenan de jabón a las 10:30 cada día para provocar la explosión. Así que tienes que ir en coche a por la entrada, y volver a coger el coche para ir al geiser (unos 2 kms.). Cuando termina, sobre las 11:15, otra vez al coche para dejarlo en el parking y andar por la zona termal.


Para nuestra sorpresa, al salir de la taquilla con las entradas nos encontramos con una pareja de ingleses de Manchester que habíamos conocido en Fiji. De los poquitos con los que hablamos, ¡manda huevos! Se llaman Edward y Susie, y, estando en el mismo sitio, decidimos pasar la mañana juntos por la zona. Para hacerlo más rebuscado, quedamos con los coches en el parking del geiser, y, curiosamente, nos dimos cuenta que ellos eran ‘la mujer lenta del coche delante’, jeje. Ellos dijeron que éramos ‘los que tenían tanta prisa’. ¡Qué pequeño es el mundo!


Buscamos un sitio para ver bien el geiser, que, con Elena, es complicado, porque no le gusta ninguno, siempre hay uno mejor, jaja. Te dan la explicación de cómo funciona, el porqué del jabón y luego lo dicen más lento para los “australianos” :DDDD; no hay mucha rivalidad, pero quizás sí que existe algo de tensión.


La explosión del geiser es algo impresionante, y, según como cambie el viento, te puede calar. Es cachondo ver cómo se mueve la gente en masa cuando el aire se mueve. El geiser de Lady Knox llega a escupir unos 12 metros, realmente divertido de ver.


Al acabar, aunque aún salía agua de la piedra, fuimos con los ingleses hacia el parque natural termal, donde hay más de 20 piscinas termales, totalmente natural, que van creciendo a su manera. La verdad es que esta ciudad se va a colapsar algún día con tantísima actividad volcánica debajo. En esto, todo el mundo coincide :P




Los paisajes de estas piscinas naturales son muy diferentes a lo que hayáis podido ver antes. Todos de colores diferentes, según los sulfatos que tenga el agua. Algunos cráteres grandes, otros pequeños, agua hirviendo, otros barro burbujeando, un lago enteramente verde…

Las vistas que más me impresionaron fueron la “Paleta del Artista”, un pequeño lago con varios cráteres, y todos de diferentes colores: azul, rojo, amarillo…


También el “Baño del Diablo”, que crece cada año.


Y, por supuesto, la “Piscina de Champagne”, de 100 metros de profundidad, con agua a 72 grados, todo humeando, y con oro y otros materiales preciosos en el fondo y en las paredes. ¿Quién se atreve a cogerlos? :DDD



Al terminar la ruta del Thermal Wonderland, llevamos a Edward y Susie a la piscina de agua caliente y fría en la que estuvimos la noche anterior. También queríamos ver nosotros cómo era realmente, porque de noche no se podía ver nada. Allí hicimos un picnic y nos tomamos unas birras.



Siguiente parada era la experiencia del Zorb, que yo quería probar. La idea es meterte en una bola de plástico, atado de brazos y piernas, y tirarte por una colina. Esto se llama Zorbing. La otra modalidad es el Zydro: te metes en la burbuja, que va con agua y no vas atado, quizás menos mareante y terminas bastante calado.


Elena me hizo unas fotos mientras me tiraban con la bola, tipo ‘Humor Amarillo’, jaja. Pasamos de comprar las fotos porque eran muy caras. Al menos, tengo mi certificado :DD


Después volvimos a casa, porque íbamos a cenar con Jeff y Vicky, y me tocaba cocinar. Teníamos que cenar a las 17:30 porque Michael tenía función navideña en el colegio, de la que, obviamente, nos escaqueamos ;-)


En vez de eso, fuimos con Kylie y Megan al Parque Kai, en el medio de la ciudad de Rotorua, con muchos cráteres de agua caliente, que ahora han protegido con vallas, porque parece ser que hay muchos subnormales borrachos que se han caído al agua con el morado y se han achicharrado.


Esto era ya la nota definitiva para saber que esta ciudad se va a hundir un día, mientras leíamos cómo aumentan los cráteres año tras año.


Estos ríos de agua caliente van por toda la ciudad, y ven tapas de alcantarilla con humo por toda la ciudad. Caminamos hasta la zona maorí, donde a mí me hacían el saludo maorí. Me dijo Marama que con el toque de moreno de la zona parezco un poco maorí, y, acompañado de tres rubias, destaco mucho más. Los maoríes solamente saludan a los hombres con una subida de cejas, frunciendo el ceño. Y yo con cara de gilipollas :DD Ya me han dicho que parezco marroquí, sirio y maorí, ¿algo más?


Nos sentamos frente al lago de Rotorua y esperamos a Marama, que tenía examen de maorí. Vino con una amiga y nos fuimos a tomar una cerveza al pub más famoso de la ciudad: el Pub Pig n’ Whistle.


Finalmente, nos fuimos a dormir, porque el día siguiente nos teníamos que ir hacia Auckland, donde habíamos quedado con Kirin para subir con su coche hacia la zona norte de Nueva Zelanda, teníamos que dejar el coche el alquiler y dejar la casa de Jeff y Vicky a las 7:30. ¡Reglas!

Control de Gastos:
- Entradas Wai-O-Tapu: 60 NZ$ (30 €)
- Zorb: 53 NZ$ (26,50 €)
- Cena: 41 NZ$ (20,50 €)

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