Taupo – Waitomo – Rotorua
Con el cansancio acumulado de la subida al Tongariro, nos levantamos a una hora prudente para ir hacia Rotorua. Hay una hora de camino, o poco más, pero tenemos planificado ir a las cuevas Waitomo, y hacer alguna parada en algún sitio que nos guste, por lo que tardaremos unas 8-10 horas.
Como hace un día muy soleado y sin una sola nube, haremos una parada en el lago Taupo, el más grande Nueva Zelanda, para ver el lago, impresionante pasarela del Parque Nacional de Tongariro. Aquí nos encontramos con unos cuantos animales que tienen hambre, y como tenemos algo de pan pasado en el coche, se pusieron las botas :DD
Nada más salir de Taupo, nos encontramos con las cataratas Huka. Sorprende mucho ver la violencia de estos rápidos y una cascada de 10 metros en un río tan tranquilo que viene del lago. No se puede usar para hacer rafting porque bajo la cascada hay un remolino muy fuerte que ya ha eliminado a bastantes curiosos y arriesgados, ¡ooops!
Seguimos con nuestra ruta hacia el norte, y a mitad de camino hacia Rotorua vemos una granja en la que tienen un río de agua caliente, todo volcánico, claro. Nos desviamos y descubrimos un montón de animales con ganas de comer también. Aquí fue mejor, porque el dueño nos dio un montón de pan duro para divertirnos con ellos.
Lo más espectacular fue alimentar a los pavos reales, elegantes, que no comen del suelo, sino de la mano. Lo que cae al suelo es para gallos, gallinas, patos, ocas y demás.
Hasta tienen unas gallinas de pelo largo un tanto extrañas, ¿veis?
Detrás de una valla, un par de llamas empiezan a hacer ruidos para recibir también una ración de pan. Con estos hay que tener más cuidado, porque les mola mucho escupir, pero no a nosotros, jeje.
Salimos de la granja y nos dirigimos hacia las Cuevas Waitomo, unas 2 horas más de coche, ahora que respeto, más o menos, la velocidad :D De camino, paramos en el lago Whakapura, con unas buenas vistas.
Las cuevas de Waitomo son interesantes de ver, con muchas estalactitas y alguna estalagmita, aunque me gustan más las Cuevas del Águila, en Ávila. Pero hay una gran peculiaridad en estas cuevas: tienen un río debajo, por el que va una barca, que mueve el guía por una cuerda, nada de remos, totalmente oscura, pero iluminada por más de 100.000 luciérnagas (glowworm). Esta vista sí que es impresionante. Nos podemos ver las caras con la luz que emiten todos estos bichejos juntos. ¡Increíble!
(*No se puede hacer fotos dentro de las cuevas, así que tenéis que conformaros con un par de Google)
A la salida, nos ponemos en ruta hacia Rotorua, vía Hamilton, para aprovechar las ‘autopistas’ principales. Avisamos a nuestros amigos en Rotorua para que sepan la hora a la que vamos a llegar, así no nos tienen que esperar. En Rotorua hemos organizado una buena. Por un lado, nos quedamos con un matrimonio, Jeff y Vicky, que tienen un crío de 8 años, Michael, el niño más activo del mundo, ¡vaya tela!
Pero sobre las 20:00 nos vendrá a buscar Marama, una amiga maorí de Mel, para llevarnos a un río caliente (Hot Springs), totalmente natural y gratis. Allí, hemos quedado con Kylie, una chica que se ofreció a hospedarnos, sus compañeros de piso, y su invitado, una chica de Manchester llamada Megan.
Hay que llevarse birras, vino, coca-cola y velas para esta experiencia, todo a oscuras. Cada persona allí, todos locales, se llevan velas, que se colocan en las piedras alrededor para poder iluminarlo un poco. Importante, no se puede llevar nada más que el bañador. El agua destroza todas las cadenas, anillos y demás. Además, el sulfuro puede provocar meningitis si se mete la cabeza, así que todos con la cabeza fuera.
Buscamos un hueco para encender nuestras velas y dejar nuestras birras en la ‘piscina’, que tiene una gran diferencia con otras aguas termales: es la reunión de dos ríos, uno de agua fría y otro de agua caliente; así que según donde te pongas, puede tener una pequeña oscilación de temperatura. Esta noche, el río caliente baja a unos 42-44º C, casi nada, ¿eh?
Y ahora, ¿cómo buscamos a Kylie? Lo más fácil: nos hacemos una foto y ella viene a decirnos: ‘¿Julián y Elena?’, jeje. Claro, allí son todos locales, así que, ¿qué subnormal se hace una foto? ¡Los turistas!
Estuvimos un par de horitas, hablando, bebiendo las birretas y salimos para ver el cielo más claro que he visto nunca. Más que en Melbourne, Sídney, o Dunedin. ¡Brutal!
Después, Marama nos llevó a casita y a dormir.
Control de Gastos:
- Comida: 5,2 NZ$ (2,60 €)
- Entradas Waitomo: 78 NZ$ (39 €)
- Cena: 26 NZ$ (13 €)
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