Queenstown
Aprovechando que Kirin tenía que ir a Wellington el mismo día por curro, nos fuimos con él en el coche al aeropuerto. Habíamos quedado con Laura y Ester, y para hacerlo más difícil todavía, nosotros facturamos la noche anterior por Internet (asientos 7A y 7B), y ellas en el mostrador (7C y 7D). Nos sentamos juntos todo el vuelo y así pudimos preparar el viaje juntos. A nosotros nos venía bien compartir los gastos del coche, y a ellas les venía genial que las llevasen de arriba abajo mucho más barato.
Durante el vuelo, yo solamente podía ver todos los paisajes de ‘El Señor de los Anillos’ :P
Y una vista espectacular del Monte Cook.
El descenso hacia Queenstown, en medio de los Alpes de Nueva Zelanda, fue durillo. Muchísimas turbulencias y el avión tuvo que hacer maniobras rarísimas para encararse a la pista. La gente estaba acojonada. Después nos enteramos que este aeropuerto tiene uno de los índices más bajos de aviones aterrizados, porque cada semana tienen que desviar uno a aeropuertos cercanos por problemas climatológicos. ¡Suerte!
Bajamos, pillamos las maletas, y recogemos el coche. Es un Mazda Familia (ni conozco el modelo) con un taco de kilómetros y marchas automáticas. Las chicas se quedaron con nosotros para sacar el viaje gratis al hostal. Pero planificamos hacer algo con nuestro amigo allí, Kevin, un chico francés que trabaja en el Novotel, como no.
Antes, para ganar tiempo, visitamos el lago Wakatipu, que nos pillaba de paso. Una vista que ya sonaba de las pelis de Peter Jackson, jeje. Para hacer un lago, tiene olas como el mar, aunque frío como su puta madre.
Dejamos a las chicas en su hostal, y, justo en frente estaba el Novotel. Mientras ellas se cambiaban y dejaban los bártulos, nosotros quedamos con Kevin, y nos fuimos a hacer un “Fish n’ Chips”, bueno y barato; bastante mejor de los que he probado en Inglaterra o Irlanda. Estas son las vistas desde el bar...
Después nos dejamos llevar por Kevin. Primero, fuimos a reservar un viaje en barco rápido por el río Shotover, que se llama “Shotover Jet”. Aprovechamos que Kevin tenía contactos por la ciudad y nos ahorramos un 30%. Después nos llevó para reservar los billetes para Milford Sound, también con descuento, aunque no los compramos, porque teníamos que cuadrar las horas.
Como Kevin tenía ganas de conducir, y dado que teníamos el seguro Gold, que permite conducir a más personas, le dejamos el coche para no complicarnos por las carreteras: hacia el río Shotover. El muy cabrón tiene entrada gratis por residir en la ciudad. Se lo montan bien aquí los capullines.
No teníamos mucha idea de qué iba el tema, pero nos lo pasamos en grande. Con el fuera borda entre todas las paredes rocosas, los rápidos, y dando vueltas todo el rato. El piloto estaba un poco pa’llá, y como era el último turno, se dejaba llevar, calándonos hasta la comisura del culo :DD
Al terminar, Kevin nos llevó a unas de las pistas de esquí que están cerquita para seguir viendo más parajes de ‘El Señor de los Anillos’. Después, nos acercamos al pueblo de Arrowtown, uno de esos pueblos en los que encontraron oro cuando empezaron a poblar Nueva Zelanda, y que han mantenido todos edificios y calles tal y como lo dejaron cuando sacaron todo el oro.
Muy turístico pero bastante interesante.
Nos tocaba volver, pero antes teníamos que pasar por el supermercado para comprar algo de comer. Kevin paró en un Pub, que había quedado con unos colegas, y nos dejó allí para ir a comprar y verle, más tarde, en su casa, donde dormíamos. Después de comprar, dejamos a las chicas en su hostal y quedamos en recogerlas el día siguiente a las 8:30 para hacer la ruta de la película.
Kevin vive en una casa muy grande y comparte piso con 12 personas. Un descontrol total, la mayoría un tanto freaks, y con dos grupos bien diferenciados: los autistas (cuando vienen a casa se van al cuarto) y los cerditos (cuando llegan a casa beben y fuman todo lo que encuentran y no paran de eructar y peerse). Charlamos un rato con todos estos personajes, de 1001 nacionalidad, sobre todo, brasileños; nos hicimos la cena y nos fuimos a dormir. Aprovechamos que había una habitación libre, porque uno de los antiguos compañeros de piso se ha ido y aún siguen buscando a alguien más.
Control de Gastos:
- Alquiler de Coche: 422 NZ$ (211 €)
- Shotover Jet: 158 NZ$ (79 €)
- Comida: 10 NZ$ (5 €)
- Cena: 51,5 NZ$ (25,75 €)
- Comida compartida: 22,47 NZ$ (11,24 €)
Y una vista espectacular del Monte Cook.
El descenso hacia Queenstown, en medio de los Alpes de Nueva Zelanda, fue durillo. Muchísimas turbulencias y el avión tuvo que hacer maniobras rarísimas para encararse a la pista. La gente estaba acojonada. Después nos enteramos que este aeropuerto tiene uno de los índices más bajos de aviones aterrizados, porque cada semana tienen que desviar uno a aeropuertos cercanos por problemas climatológicos. ¡Suerte!
Bajamos, pillamos las maletas, y recogemos el coche. Es un Mazda Familia (ni conozco el modelo) con un taco de kilómetros y marchas automáticas. Las chicas se quedaron con nosotros para sacar el viaje gratis al hostal. Pero planificamos hacer algo con nuestro amigo allí, Kevin, un chico francés que trabaja en el Novotel, como no.
Antes, para ganar tiempo, visitamos el lago Wakatipu, que nos pillaba de paso. Una vista que ya sonaba de las pelis de Peter Jackson, jeje. Para hacer un lago, tiene olas como el mar, aunque frío como su puta madre.
Dejamos a las chicas en su hostal, y, justo en frente estaba el Novotel. Mientras ellas se cambiaban y dejaban los bártulos, nosotros quedamos con Kevin, y nos fuimos a hacer un “Fish n’ Chips”, bueno y barato; bastante mejor de los que he probado en Inglaterra o Irlanda. Estas son las vistas desde el bar...
Después nos dejamos llevar por Kevin. Primero, fuimos a reservar un viaje en barco rápido por el río Shotover, que se llama “Shotover Jet”. Aprovechamos que Kevin tenía contactos por la ciudad y nos ahorramos un 30%. Después nos llevó para reservar los billetes para Milford Sound, también con descuento, aunque no los compramos, porque teníamos que cuadrar las horas.
Como Kevin tenía ganas de conducir, y dado que teníamos el seguro Gold, que permite conducir a más personas, le dejamos el coche para no complicarnos por las carreteras: hacia el río Shotover. El muy cabrón tiene entrada gratis por residir en la ciudad. Se lo montan bien aquí los capullines.
No teníamos mucha idea de qué iba el tema, pero nos lo pasamos en grande. Con el fuera borda entre todas las paredes rocosas, los rápidos, y dando vueltas todo el rato. El piloto estaba un poco pa’llá, y como era el último turno, se dejaba llevar, calándonos hasta la comisura del culo :DD
Al terminar, Kevin nos llevó a unas de las pistas de esquí que están cerquita para seguir viendo más parajes de ‘El Señor de los Anillos’. Después, nos acercamos al pueblo de Arrowtown, uno de esos pueblos en los que encontraron oro cuando empezaron a poblar Nueva Zelanda, y que han mantenido todos edificios y calles tal y como lo dejaron cuando sacaron todo el oro.
Muy turístico pero bastante interesante.
Nos tocaba volver, pero antes teníamos que pasar por el supermercado para comprar algo de comer. Kevin paró en un Pub, que había quedado con unos colegas, y nos dejó allí para ir a comprar y verle, más tarde, en su casa, donde dormíamos. Después de comprar, dejamos a las chicas en su hostal y quedamos en recogerlas el día siguiente a las 8:30 para hacer la ruta de la película.
Kevin vive en una casa muy grande y comparte piso con 12 personas. Un descontrol total, la mayoría un tanto freaks, y con dos grupos bien diferenciados: los autistas (cuando vienen a casa se van al cuarto) y los cerditos (cuando llegan a casa beben y fuman todo lo que encuentran y no paran de eructar y peerse). Charlamos un rato con todos estos personajes, de 1001 nacionalidad, sobre todo, brasileños; nos hicimos la cena y nos fuimos a dormir. Aprovechamos que había una habitación libre, porque uno de los antiguos compañeros de piso se ha ido y aún siguen buscando a alguien más.
Control de Gastos:
- Alquiler de Coche: 422 NZ$ (211 €)
- Shotover Jet: 158 NZ$ (79 €)
- Comida: 10 NZ$ (5 €)
- Cena: 51,5 NZ$ (25,75 €)
- Comida compartida: 22,47 NZ$ (11,24 €)
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