viernes, 20 de noviembre de 2009

Turismo en Sídney y quedada con Kirin

Día 24
Sídney

El viernes amaneció con muchísimo sol, unos 32 grados, y aún es primavera aquí, ¡vaya tela! Decidimos ir a la ciudad a hacer algo más de turismo, caminar un poco por las calles de Sídney, admirar la Bahía con la Ópera como máximo exponente, etc.

La misma travesía que días atrás hasta Circular Quay desde Cronulla. Esta vez tuvimos que subir un montón de escaleras hasta llegar al puente principal: Sydney Harbour Bridge. Es una estructura enorme de acero, con forma semicircular enmarcado por 4 gigantescos pilares, que une las dos partes de la Bahía. Curiosamente, este puente se puede ‘escalar’. Antes era gratis, pero a algún lumbreras se le ocurrió la idea de cobrar a la peña por hacer el subnormal por las alturas con un arnés y un mosquetón enganchado a una cuerda. Pero cobrar, cobrar: de día, 198 dólares; por la noche, 228 dólares; por el atardecer (es decir, pillar día y noche), 298 dólares. Es una buena pasta, ¿eh? Eso sí, te dejan estar 3 horas y media.

Nada, nosotros a lo barato, que caminar por el puente es gratis. Aunque no estaría de más echar un vistazo desde una zona más elevada, ¿verdad? Bien, sacaremos nuestras artimañas aprehendidas tras muchos años de echar cara a la vida :DDD Nos metemos en una de las torres que tienen un mirador, el Pyloon Lookout, directamente a la Ópera, subimos todas las escaleras, conscientes de que tendremos que pagar el ticket si queremos subir a lo más alto. Al llegar, le digo a Elena que me siga el rollo:
- Piratas (PI): “Hola, venimos buscando a nuestro grupo. Hemos parado a tomar algo fresco, que no podíamos con el calor, y los hemos perdido, pero están aquí seguro, con nuestro guía”
- Taquillera estafada (TE): “¿Y los billetes?”
- PI: “Los tienes ellos”
- TE: “¿Podéis llamarles por teléfono para que os bajen a buscar?”
- PI: “¿Teléfono? Estamos de vacaciones, nada de comunicación ni obligaciones. Hacemos una cosa, que suba ella (indicando a Elena), los busca y baja las entradas, mientras yo me espero aquí”
- TE: “OK, perfecto”

Yo me siento, con mi Backgammon en el móvil y me pongo el iPod para escuchar un poco de Fito (“Antes de que cuente diez”). A los dos minutos, le comento:
- PI: “¿Sabes dónde cae Hyde Park? Es la próxima parada después de aquí según nuestro plan, y me voy a quedar sin ver este punto por culpa de nuestro guía”
- TE: “Bueno, te creo, sube arriba y si están tus compañeros, baja la entrada”


Total, 20 dólares ahorrados por 2 minutos de charla, no está mal, ¿verdad? Que orgulloso estarán mis padrinos, David y Pili Roca, por usar sus artimañas :P Ciertamente, la vista desde lo más alto de la columna del puente era agradable, mucho viento, pero precioso. Tampoco nos explayamos en exceso, no sea que la pobre taquillera estafada se percatase de que nos habíamos colado delante de sus narices.

Al salir del mirador, caminamos todo el puente hasta el otro lado, viendo lo bonito que es esta zona de Sídney. Al poco, nos llegó un mensaje de Kirin (nuestro amigo Sikh de Auckland, Nueva Zelanda), para quedar para comer. Quedamos en la calle George Street con Campbell Street, o lo que es lo mismo, Chinatown. ¡Me cago en su puta madre! No me había percatado que estábamos tan lejos. 1 hora andando hasta Chinatown desde el puente a 32 grados de temperatura, intentando parar en las tiendas más grandes para pillar un poquito de aire acondicionado.


Cuando recogimos a Kirin, fuimos a comer a Market Place. Comida china, india, tailandesa, japonesa… de todo menos australiana, porque no tienen ningún tipo de cocina, ni tradiciones, ni ná de ná. Muy bonito, muy natural, pero cero de cultura, y lo poco que tienen, que son los aborígenes, los tienen completamente marginados (“White man came, across the sea; he brought us pain and misery…” - Iron Maiden, Run to the Hills, 1983).


Después fuimos a un McDonalds a tomar un café, pero tenemos excusa: aquí te dan una hora gratis de Internet sin cables, y teníamos algunas dudas sobre Nueva Zelanda, y aprovechamos que teníamos a Kirin al lado para preguntarle todo sobre Queenstown, Milford Sound, Dunedin, pingüinos, ballenas, hacer zorb, Christchurch, Rotorua, etc.

Nos despedimos de Kirin, que tenía que volver a casa de sus amigos, y nos dimos un paseo por Chinatown hasta Kent Street, hasta el puerto de Darling. Nos relajamos un rato dando de comer a las gaviotas y a un pájaro más grandote que no sé muy bien cómo se llama :D


Después compramos algo para la cena y nos fuimos hacia Woolloware – Cronulla. Esta noche, Elena, después de 25 días de viaje, iba a cocinar :D

Solamente cenamos con Wendy (y con el gordito de Spike, claro está), y estuvimos hablando hasta medianoche. Lo justo para conseguir que se decidiera a llevarnos al aeropuerto el día siguiente por haber sido los mejores invitados que nunca había tenido, ¡olé!

Control de Gastos:
- Tren: 15,6 AUS$ (10,92 €)
- Comida: 13,75 AUS$ (9,63 €)
- Cena: 6,58 AUS$ (4,61 €)

No hay comentarios:

Publicar un comentario