Durante nuestro viaje por el Triángulo Dorado aprendimos una serie de cosas de la India:
- Si quieres comprar algo, estáte preparado, porque antes de preguntar el precio ya te lo suben un 50% (por lo menos), simplemente porque eres un turista.
- No hay límite para negociar.
- Todo el mundo espera una propina: vagabundos, camareros, taxistas, guía, incluso gente que se ponen en los lavabos a la caza de turistas con jabones y toallas. Así funciona en la India.
- La gente que mendiga puede ser más rica que tú :-)
- Da igual cuánta propina des, nunca es suficiente.
- Nunca bebas vino en la India, puede ser el más malo y caro que has probado en toda tu vida.
- Si eres europeo, picante medio es muy picante para ti... prueba con el suave :-)
Lo primero que visitamos en Delhi fue la mezquita más grande en la India, Jami Masjid. La entrada era gratis, pero tenías que dejar tus zapatos en la puerta, donde había unos personajes vendiendo zapatillas, que sí se pueden llevar dentro... pero solamente las que compras allí (menuda colección de zapatillas dejamos abandonada en la India!). Debo admitir que la mezquita era preciosa y valía la pena visitarla. Antes de entrar, llevaba la cámara colgada del brazo, así que nos hicieron pagar un poco extra por hacer fotos en el interior. Desde este día, la cámara iba siempre en el bolso, y se podía hacer fotos en cualquier sitio... gratis, claro.
Visitamos muchos más puntos en Delhi y descubrimos algo muy divertido. El precio de entrada era muy diferente para visitantes locales que para extranjeros... pero MUY diferente! En cualquier sitio, los locales pagaban alrededor de 10 rupias (20 céntimos de euro), mientras que los extranjeros pagaban 250 rupias (4,5 euros). Divertido, ¿no? :D
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