lunes, 26 de abril de 2010

La isla de Hong Kong y la cena ‘Hot Pot’

Día 153
Hong Kong

Nos despertamos sobre las 11 de la mañana para descubrir la isla central de Hong Kong. Basándonos en un tour a pata de la Lonely, cogimos el metro hacia la estación de Sheung Wan, y empezamos desde aquí. Cabe decir que las vistas por la mañana desde casa de Michael eran impagables, aunque hubiese un poco de neblina, mitad niebla y mitad polución.

Nos dejamos perder por las calles antiguas de Hong Kong, que no tienen nada que ver con la espectacularidad de sus rascacielos. En esta zona había mucho pescado seco, y el olor era, al menos, curioso; también había unas setas gigantes, pinturas muy curiosas...

Y no olvidarnos del tipo que vendía jamón serrano. No era muy bueno, pero el tratamiento estaba bien, tipo Jamón de Aragón para hacer un bocata con pan con tomate pal cole :D

Comimos en un Mercado de comida, de esos cutrillos y locales en los que nos gusta meternos a nosotros. Éramos los únicos blanquitos y, para comer, como no, sopa de fideos. Le tuvimos que dar a Sera una Chang para que la probase, aunque le falta la esencia de Tailandia, ¿verdad Ariel, Andreea?

Seguimos caminando por la zona, subiendo hasta lo que llaman el SoHo, lleno de cafés. Paseamos por el mercado Occidental y hasta nos sorprendió una tienda que leía ‘Chinosería’, ¿será donde venden chinos? :DD

Elena y Serafín estaban empecinados en renovar su material fotográfico, para lo que habíamos quedado a las 17:00 con un CSer llamado Jonathan, en la estación de metro de Mongkok. Según Jonathan, un poco freak el chaval por la fotografía, ésta era la mejor zona para comprar cámaras en todo Hong Kong.

Mongkok no conlleva mucho peligro para comprar cámaras, pues todas las tiendas son oficiales y hay muy poca probabilidad que te estafen, aunque tienes que saber cuáles son las mejores tiendas. Junto a Jonathan miramos algunas tiendas, y Sera se decidió por la que tenía en mente: una Nikon D300s, que tenía un precio bastante más bajo que en Europa, alrededor del 30%, así que el trato era bueno. Eso sí, a mí, que no iba a comprar me tocó hacer de poli malo para regatear aún más.

Como Serafín tenía una nueva cámara, él y Elena aceptaron que Elena probase durante un tiempo su anterior cámara, también Nikon. Si al final le gusta, se la comprará. Sin embargo, necesitaba un objetivo para hacerla funcionar (esto de las cámaras réflex es un auténtico coñazo :D), y se compró un tubo enorme de marca Sigma (para el que lo conozca) para Nikon de 18-200 mm. Bueno, ahora ya tiene Nuevo juguetito para aprender y divertirse, jeje.

Yo no tenía nada que hacer y me dedicaba a saltar.

Después de Mongkok, fuimos a cenar con Michael y la pareja de ingleses que también estaban en su casa. Habíamos quedado en la zona de Tsim Sha Tsui, donde Michael conocía un restaurant muy bueno, con ‘hot pot’, que es una sopa gigantesca sobre la que se van echando diferentes cosas, ¡y que está buenísimo! ¿Por qué la comida china en Europa es tan sumamente mierda? Es una reflexión que no consigo entender.

Aunque el “Hot Pot” es muy común en China, ya habíamos tomado algo similar en Japón, Vietnam y Singapur (en casa de Tommy, que su madre nos cocinó). De entrada, traen una olla muy grande dividida por la mitad, con dos tipos de sopa, que colocan en el medio de la mesa, sobre un fogón. Una de las sopas tiene muchas especias, entre ellas chili; y se van incorporando diferentes ingredientes crudos (carne, pescado, vegetales…), que van dando sabor a la sopa y que vas recogiendo cuando ya están hechos. Y vas pidiendo platos y platos de lo que más te guste, y los vas cocinando. En este sitio, era un precio fijo por toda la comida: 14€ por persona (140 HK$), todo lo que pudieses comer. Pero cometieron un grave error: por 1€ más (10 HK$), puedes beber cuántas cervezas quieras durante la cena. ¡Madre de Dios del caballo pequeño! 12-14 cervezas cada uno para cenar… Y la cena estaba buenísima.

Durante la cena, Vivian, una chica amiga de A. Toll que conocimos en Barcelona unas semanas antes de salir, llamó para quedar y se acercó. Llegó algo más tarde, con otra amiga al restaurante, pero ya venían cenadas. También había quedado con otros amigos, y todos se juntaron, por lo que decidimos ir a tomar una cervecilla más, como si llevásemos pocas, jiji. Nos quedamos por la zona, porque Michael, como no, conocía algunos sitios guays.

Un tema curioso en Hong Kong es que, aunque no es excesivamente caro el coste de vida en general, hay dos cosas que están totalmente fuera de lugar: el precio de los pisos, y los precios al salir de noche, siendo los bares estúpidamente caros, incluso más que en Londres o Estocolmo (no me atrevo a decir Oslo). Una cerveza en un bar functional son unos 5€, y no hablamos de discotecas, clubs y demás, un bar para la primera. Debido a esto, y el recorte de gastos que conlleva este tipo de viajes, con elegancia y escondiéndonos de los del bar, fuimos al 7/11 a comprar ‘tabaco’, que se convirtió en birras y un poco de vino. El juego está en pedir una bebida en el bar, y, elegantemente, dirigirte al lavabo y rellenar sin que nadie te vea, y sin saltar la alarma. Quizás pensaron que era la cerveza más larga que jamás habían vendido, pero lo más les sorprendió fue ver dos vasos de vino cuando ellos no venden vino :P Eso sí, todos los locales se apuntaron al truco, ¿eh? Y el que quiera toser, que tosa, como dice mi padre.

Después, fuimos a casa de Michael, comprando más bebidas. Como los días anteriores, volvimos en taxi, que es muy barato en Hong Kong y estuvimos jugando al póker hasta las 5. No hay que preguntar quién ganó, porque es obvio que yo :DD Otra vez derrotados, nos fuimos a la cama, aunque Elena tuvo un patinazo mental, no se acordó que habíamos quedado con Luciano, que llegaba de Malasia, el día siguiente a las 11:00 en el metro de Kowloon…

Control de Gastos:
- Metro: 17 HK$ (1,70 €)
- Comida: 71 HK$ (7,13 €)
- Metro: 31 HK$ (3,10 €)
- Cena: 330 HK$ (33 €)
- Taxi: 16 HK$ (1,60 €)
- Bebidas: 21 HK$ (2,13 €)

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