Hong Kong – Guangzhou
Un viajecito en tren muy cómodo, con Serafín roncando por todo el vagón, y llegada a la estación, con el control de pasaportes en primer lugar. Tras una cola y un sellazo en el pasaporte, ¡ya estamos en China!
En la estación de tren ya se respiraba un ambiente muy diferente al de Hong Kong, con muchos stands ofreciendo a todo el mundo taxis, cambio de divisa, tarjetas de teléfono y otros servicios. Todo estaba escrito con letras muy grandes en ingles, síntoma claro que es una estafa para los turistas. Para evitar problemas, Luciano y Elena bajaron a una tienda fuera para comprar una tarjeta de teléfono para China, aunque la de Hong Kong servía sin problemas. Se tuvo que negociar y de los 15€ que pedían inicialmente, lo dejamos en 8€, con 6€ en llamadas. No había muchas más opciones la verdad.
Luciano iba a estar con otra chica de CSing que vivía a una parada en metro, pero que no contestaba al teléfono. Serafín, Elena y yo nos íbamos a quedar con Gisele, una chica china que estuvo en nuestra casa el verano anterior. Por si esto fuera poco, Gisele también tenía que hospedar, los mismos días que nosotros íbamos a estar, una pareja de Lisboa, Portugal. Iba a ser la casa de ‘Gran Hermano’. Gisele nos había escrito en chino y enviado fotos para poder movernos hasta su casa. Ella vivía en la zona de Taojin, justo al lado del Frienship Store.
Lucho se fue directamente a casa de su amiga y nosotros pillamos un taxi a casa de Gisele, con los problemas lingüísticos que conlleva relacionarse en China. El taxi estaba fuera de la estación, y no conseguimos ver uno normal, sino de los que tienes que negociar y no te cobran el verdadero precio local. Negociamos la carrera por 5€, y llamamos a Gisele para que le explicase cómo llegar a su casa. En 10 minutillos, ya estábamos en casa de Gisele, esperando noticias de Luciano, que nos tenía que llamar en 1 hora para ver qué hacíamos.
Nos llamó en 30 minutos, diciendo que la chica no le abría la puerta y que había vuelto a la estación de tren, donde nadie le entendía ni una sola palabra. Como habíamos comentado antes de dejar a Lucho en la estación, le preguntamos a Gisele si había algún problema en que se quedase en caso que pasase lo que había pasado (coño, de ser 6 á ser 7, no hay mucha diferencia), a lo que ella aceptó con una sonrisa de oreja a oreja, aunque su apartamento no era muy grande. Así, Gisele y Elena fueron en taxi a recoger a Lucho a la estación (habíamos conseguido, otra vez, quedarnos juntos, aunque esta vez con algún sustillo más :D) y volvieron a casa, mientras Sera y yo nos duchábamos. Curiosamente, pagaron menos de taxi en la ida y la vuelta que nosotros antes. ¡Putos estafadores!
Cuando regresaron, nos bajamos a cenar a un restaurante muy local llamado ‘Uncle’. Cenamos de puta madre y mucho más barato que en Hong Kong.
Después, recibimos a la pareja de portugueses, Pedro y Ana, muy buena gente, y fuimos a comprar cervezas, porque había un partido que no podíamos perdernos: el regreso de semis de Barça e Inter. El partido fue lamentable pero nos pasamos un rato genial con el cachondeo, los chistes, las birras y enseñando a Gisele a cantar “ese portugués, … es”, en dedicación directa a Mourinho. Hasta Pedro y Ana se lo cantaban, jaja. Abatidos tras la victoria insuficiente del Barça, que le privaba de la final, nos fuimos a acostar, como bien pudimos y algo contentillos.
Control de Gastos:
- Taxi a casa de Gisele: 40 RMB (4,17 €)
- Cena: 52 RMB (5,42 €)
- Bebidas: 30 RMB (3,13 €)
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