lunes, 30 de noviembre de 2009

De camino a Christchurch - Barça, 1 : Madrid, 0


Día 33
Dunedin - Christchurch

Tocaba madrugar para ver el fútbol. Debbie había preparado ya la estufa y la tele para que se encendieran a las 6:30 y no tener que complicarnos la vida. Se agradece :P

El partido fue un poco mierda, la verdad, ganó el Barça porque fue el que marcó, pero poca diversión, tendrían que quitarle los puntos a los dos. Lo siento Luisito y Goyín, felicidades a los culés. Os brindo la foto de Sam con la chaqueta del Barça, para que le doliera más la derrota.

Metimos todo en el coche, nos despedimos de la familia Jones, y fuimos a recoger a las chicas al hostal a las 11:00. Era el último día que venían con nosotros, porque ellas iban al Monte Cook y nosotros hacia el parque natural de Abel Tasman.

De camino hacia Christchurch, como había unos 500 kilómetros, planificamos hacer una parada en Moeraki Boulders:

A Laura, una chica japonesa que estaba con ella en el hostal le había recomendado ir a Elephant Rocks, donde se grabó la película ‘Las Crónicas de Narnia’. Solamente estaba anunciado en la Lonely Planet japonesa, por suerte…

Los boulders de Moreaki son una piedras totalmente circulares, volcánicas, en el medio de la costa, en una playa. Muy curiosas, la verdad.




Esta parada sí que valió la pena.

Al salir de Moreaki, nos dirigimos hacia Elephant Rocks, unos 100 kilómetros el desvío, y, aunque curioso, un poquillo truño. Moraleja: no hagas caso a los japoneses y sus guías turísticas...


Las fotos parecen mejor de lo que es :P


Seguimos marcha hacia Christchurch, respetando los límites máximos. Me tocaba conducir mientras las chicas dormían.

Al llegar, las dejamos en el hostal y nos despedimos. Quizás nos volveremos a encontrar, imagino que en Asia; aunque noté algo de tensión porque tenemos puntos de vista diferentes y porque ganó el Barça, jaja.

Nos costó un poquito encontrar la casa de Danielle y Sam, nuestros amigos en la ciudad más grande de la isla sur. Es normal: ¿qué esperáis de dos mujeres dándose indicaciones por email? Al final, a la vieja usanza: callejeando :DD

Al llegar, también estaba en casa el hermano de Danielle, Brogan. Me acerqué con Sam al supermercado para comprar algo y volvimos a tomar una cervecita. Dani y Sam se fueron a acostar muy prontitos porque la noche anterior habían ido a ver a ‘Pearl Jam’ en concierto y se habían calentado el morro allí y durmieron poco.

Una noche tranquila. Vimos una película de Denzel Washington y a dormir.

Control de Gastos:
- Gasolina: 114 NZ$ (57,00 €)
- Coche: -73 NZ$ (-36,50 €)
- Supermercado: 59 NZ$ (29,50 €)

domingo, 29 de noviembre de 2009

Un domingo con la familia Jones – Península Otago

Día 32
Dunedin y Península Otago

Cuando me desperté, bajé al salón y allí estaban Debbie, Hamish y Sam preparados para ver el partido de los All Blacks, cubiertos de mantas y con la estufa, porque hacía un frío del copón. Justito para ver el baile inicial de los kiwis (el famoso Haka) y ver el palizón que les dieron a los gabachos (to siento Tony).


Después desayunamos todos juntos, también se despertó Elena para ver el final de partido, y pasamos un ratito familiar. Por un lado, la parte “aburrida”, planificando el día.

Por el otro, la parte “de cachondeo”, disfrutando de la mañana del Domingo :DD


Aunque hay muy poquito que ver en la ciudad de Dunedin, decidimos verla antes de comer. Llevamos a Debbie al centro, que quería hacer algunas compras: ¡mujeres! Básicamente, Dunedin tiene en el centro un octágono desde el que salen las 4 avenidas principales.


Allí está casi todo lo que se puede visitar: la Ayuntamiento, la Iglesia, el Teatro y la Estación de Trenes. En una horita o poco más, ya estábamos listos:

- Teatro:


- Estación Central de Trenes:


Fuimos al supermercado a comprar también algo para comer. Más cocinar para mí, pobre diablo. Volvimos a comer otra vez los 5, pero Hamish nos dijo que ellos no podrían venir con nosotros a ver todo lo que habíamos planificado, porque su hija, que había bajado al sur a ver a su noviete, se había puesto muy mala y no podía conducir. Ellos tuvieron que coger la moto, bajar hasta donde estaba y Hamish traía la moto de vuelta y Debbie el coche y la niña.

Pero nos fuimos con Sam, que tampoco habíamos visto lo que teníamos en mente. La idea era ver: pingüinos de ojos amarillos, leones marinos, focas, albatros y pingüinos azules. Todo en su hábitat natural. Era muy ambicioso, pero teníamos que intentarlo.

Pues pillamos el coche y nos pusimos en ruta a la Península Otago. Primero, la playa en la que se pueden ver los pingüinos de ojos amarillos, que son los más complicados de ver y solamente están por estos sitios. El problema es que si ven personas no salen del agua porque se sienten inseguros.

Nada más llegar, la bajada por la gran cuesta de arena hacía presagiar un momento complicado en la subida. Pero la recompensa fue enorme.


En cuanto bajamos, leones marinos echándose la siesta, tranquilamente en la arena de la playa, como es de todos :P



Justo después de ver los leones marinos, una de las voluntarias nos mandó sentarnos y no movernos, porque se habían adelantado un par de parejas de pingüinos de ojos amarillos. ¡Joder! Llegar y besar el santo.

Mientras los pingüinos iban subiendo hacia su nido, uno de los “jefes” de los leones marinos salió a ver a sus “chicas” y un jovenzuelo se le encaró, teniendo que salir con el rabo entre las piernas, pobre.


Después nos acercamos al refugio que tienen en la otra esquina de la playa: es de madera y tiene una pequeña visera para mirar sin ser visto. Allí pudimos ver algunas focas y más leones marinos. No aparecieron más pingüinos, su hora normal de llegada era a las 21:30, por lo que decidimos irnos a ver lo que nos faltaba.


Pero nos tocaba la cuesta de arena: tres pasos arriba, dos abajo; y así hasta el final… parecía interminable. Un cansancio en las piernas (también tenía que estirar de Elena, claro está) y las zapatillas llenitas de arena :DDD
Fuimos a una de las bahías de la Península Otago donde tienen el único refugio natural de albatros del mundo.




Para hacer tiempo, hicimos la ruta larga, bordeando un lago y viendo otros tantos bichejos, sobre todo ovejas. ¿Cuántas ovejas habrá en este país?

Como pasó la primera vez, nada más llegar pudimos ver un albatros, una alas larguísimas, y una forma de volar muy curiosa. Seguimos caminando, jugando con los conejos (no seáis mal pensados…) y las gaviotas, y conseguimos ver otro albatros. Quizás era el primero otra vez, aunque tampoco importa.

Curiosas las señales que advierten de la presencia de los pingüinos :P


Llegaba la hora de ver a los pingüinos azules, que siempre salen en grupo del agua, cada noche. Esperamos estoicamente, mientras anochecía y el frío te dejaba los huevos pegados al culo. Llegó el voluntario para darnos la explicación pertinente, y advirtió que no se pueden hacer fotos con flash, y que la hora de llegada serían las 21:30. Efectivamente, ni 21:25 ni 21:35; a las 21:30 en punto, el agua empezó a chapotear: venía la colonia de unos 60 pingüinos azules que vienen a pasar la noche a sus nidos (la mayoría robados a los conejos). Era como una mini ola que avanzaba muy rápidamente. Y empezaron a salir del agua.


Torpísimos al andar, tenían que subir algunas piedrecitas y una cuesta de arena, y después de desperdigaban por todas partes. Por todas partes quiere decir que se meten por donde quieren y se van agrupando de 2 en 2 para ir a su nido. Si te sientas un rato en alguna piedra, alguno vendrá justo a tu lado, como le pasó a Sam primero y luego a nosotros.


Tarde completa, ¿eh?

Volvimos a casa, algo tarde, y Debbie y Hamish ya estaban en casa y habían traído a la niña. También habían preparado la cena, algo rápido, unas pizzas. Con un pequeño pero: las dos tenían carne y cebolla, así que ni yo ni Elena. ¡Ala, a la cama sin cenar!

De todos modos, nos tocaba levantarnos muy pronto, porque a las 6:30 había que despertarse para ver el Barça-Madrid, aprovechando que ellos tenían el Sky Sports, y que Sam era un forofo del fútbol. El único problema es que él era del Madrid :DD

Control de Gastos:
- Postales: 7,6 NZ$ (3,80 €)
- Sellos: 9 NZ$ (4,50 €)
- Teléfono: 20 NZ$ (10 €)
- Comida: 27,21 NZ$ (13,61 €)

sábado, 28 de noviembre de 2009

Dunedin y la Southern Scenic View

Día 31
Dunedin

Dormimos genial, sin un solo ruido, aunque con mucho frío fuera. Pero no dentro, porque teníamos hasta mantas eléctricas, ¡qué gran invento! Robyn nos dejó su habitación de invitados, y era mejor que la de muchos hoteles.



Por la mañana, el sol dejaba ver un paisaje como el fondo de escritorio de Windows XP.




Robyn y Graeme se habían coordinado para no dejarnos marchar nunca :P


Nos hicieron el desayuno y, después, un tour por su inmensa granja: ovejas, perros, vacas, y demás animales. Tuvimos que ir en el 4x4 de Graeme, y la ‘lista’ de Elena dijo: “Yo voy delante”. Pues toma, cada vez que cambíabamos de prado, tenía que bajar para abrir y cerrar la verja. Nos enseñó cómo separan las ovejas, cuánta lana dan (él produce unos 30.000 kilos al año), cómo se esquilan, etc. Muy interesante.


Salimos varias veces del coche a jugar con los animales y divertirnos un rato.



Para más inri, con tantos campos y con tantas ovejas, los que bajan de la furgoneta más veces tienen opciones de pisar más… más… mierda :DDD


Al regresar a casa, Robyn ya había preparado la comida para todos, por lo que no podíamos decir que no. También pasaron por allí algunos familiares de ellos, todos igual de sencillotes y amables.


Nos tocaba pillar el coche para ir a Dunedin, que se nos hacía tarde. Se nos hacía tan tarde que quizás iba un poquito más rápido de lo normal, por lo que me cazaron en un control de radar móvil, tan comunes en Nueva Zelanda. El límite era 100 km/h y yo iba a 119, y las multas las empiezan a poner a 112. Charlé un poco con el policía, por los 60€ de multa que me acababa de poner, y le pregunté qué pasaba si no la pagaba. A eso respondió que me podían denegar la entrada al país durante un año. Pues bien, ¡qué pague Pujol!. Incluso le pedí que me dejara hacerme una foto con él, porque sabía que no iba a pagar, y se reía. Hasta que me echó diciendo: ‘Venga, tira, va’ :DD

Decidimos ir por la ruta larga, para ver la Scenic Ocean View hasta Dunedin:
- Algún mirador, de los millones que hay por aquí.




- Alguna playa





- Algún lago


- Algunos animaluchos



Fotos, fotos y fotos, y de camino para arriba. Al llegar a Dunedin, buscamos el hostal de las chicas (obviamente, no le iba a pedir a nadie más que se quedaran con nosotros), y nos dirigimos a la casa de nuestros amigos locales: Hamish y Debbie.

No nos costó mucho encontrar la casa, y cuando llegamos, nos presentaron a la familia: Sam, su hijo de 19 años; Erin, su hija de 23, y Ruby, su perrita de 10.

Lo primero era ir al Supermercado a comprar algo para cena, porque me volvía a tocar cocinar. Fui con Hamish, para hacerlo más rápido. Al volver, cociné algo para cenar bien, y 5 litros de Sangría. Sa también se apuntó, obviamente, y pasamos una noche muy agradable, y nos fuimos a dormir contentillos.

Me dijeron que el día siguiente jugaban los All Blacks (el equipo de Rugby para que el que no lo sepa), por quienes hay realmente devoción en Nueva Zelanda. Empezaba a las 8:30 de la mañana, 12 horas en Francia. Tenía que disfrutar del ‘Haka’ (baile tribal que hacen antes del partido), al menos estando aquí, ¿no?


Control de Gastos:
- Coche: -24 NZ$ (12 €)
- Cena: 29,15 NZ$ (14,50 €)