martes, 3 de noviembre de 2009

Miyajima y la Tortilla

Día 7
Hiroshima y Miyajima


Nos levantamos muy prontito para hacer el largo recorrido de trenes hasta la isla de Miyajima. Primero, otro tren bala hasta Hiroshima, otro tren y un ferry.Ya desde el ferry se ve la imponente puerta flotante O’Torii, que pertenece al templo Shino. La puerta roja es impresionante. No tuvimos la suerte de verla cubierta de agua porque había marea baja, pero valió la pena los 1001 cambios de transporte.


Al salir de la estación de ferries, nos vimos sorprendido por los ciervos (los machos con los cuernos amputados, por si acaso) que viven libremente en la isla, y están muy acostumbrados a pedir comida a los turistas. Uno jovencito se nos acercó y el muy cabrón le arrancó de un bocado el mapa de la isla a Elena y se lo empezó a papear. Hicimos lo posible por quitárselo, pero se comió un buen trozo. ¿Tendrás proteínas? Bueno, ya lo cagará, porque seguro que no somos los primeros que lo sufrimos.


La isla era de color amarillo y rojo, con un montón de templos, incluyendo los famosos templos japoneses de 5 plantas y techos inclinados. Todo lleno de vegetación y, por suerte, un día soleado para hacer fotos. Lástima que era fiesta nacional en Japón, y no fuimos los únicos que decidimos ir a la isla :P


El paseo por la puerta roja (O'Torii) fue muy agradable, gracias a la marea baja, y nos hicimos unas cuantas fotos.


Después subimos a los templos Daishoin que coronan la isla. Aquí es difícil saber cuáles son budistas y cuáles sintoístas, yo aún no me he enterado de la diferencia. El caso es que uno de los templos budistas tenía una escalinata llena de figuras de Buda. En la puta vida había a Buda en tantísimas posturas y para proteger/pedir tantas cosas: dinero, amor, salud, familia, trabajo, peso para el sumo, etc. Algunas personas dejaban personas en los que requerían su ayuda. Pensé que había un montón de pasta por allí, como para costearnos algunos días, jaja. ¡Capullos! No es verdad. Pasemos por la zona hicimos unas fotos y subimos al siguiente templo.


Había varias escaleras con los timbales esos redondos que se les dan vueltas al subir o bajar, para pedir buenos augurios. Tipo los que toca Eddie Murphy en “El chico de oro” (yo, yo, yo, yo quiero el cuchillo… por favor!).Al bajar, ya teníamos un poco de hambre, por lo que paramos para probar la especialidad de la zona: el kakuidon (una sopa de fideos gordos con ostras).

Tras el tentempié, nos tocaba volver, que habíamos quedado para cenar con Saori, pero no sin antes disfrutar de una puesta de sol bastante bonita. Y Elena jugando con su cámara nueva…


Otro viaje largo a casa, 75 trenes de vuelta, y nuestra encantadora Saori esperándonos en la estación de tren para ir al supermercado a comprar la cena, que hoy me tocaba cocinar. Patatas, huevos, tomates, vino y cerveza. Ella tiene aceite y ajo. ¡Suficiente! Tortilla de patatas con pan con tomate. Escuchó atentamente mis indicaciones, tomando nota como una buena alumna, y posando en las fotos para su álbum. No os engañéis, ella solamente se hacía las fotos :P



La verdad es que Saori es una chica de putísima madre, muy agradable y bastante buena anfitriona. También mencionamos a su perrita Vanilla, que ha decidido irse a dormir con Elena, así que esta noche me toca dormir con DOS hembras :DDD

Por cierto, fijaros que Elena y Vanilla van al mismo peluquero, ¿eh?



Control de Gastos:
- Tren: 1080 yenes (8,24 €)
- Desayuno: 597 yenes (4,56 €)
- Comida: 1500 yenes (11,45 €)
- Caña: 250 yenes (1,91 €)
- Tren: 1080 yenes (8,24 €)
- Cena: 2350 yenes (17,94 €)

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