La ciudad de Irkutsk

Día 235

Irkutsk

¡Me cago en la puta, por fin! Dos días en un tren y llegamos al destino: Irkutsk, la ciudad regada por el único río que sale del lago Baikal, el Angara. Llegamos sobre las 8 de la mañana y fuimos directos a casa de nuestros amigos: una pareja de rusos llamados Konstantin y Anya. Eran jovencitos y nunca habían hospedado a nadie, así que espero que tuviesen una buena experiencia. Nuestros amigos noruegos y la chica italiana se fueron directos a Baikal, cuando Elena les negoció un precio para ir, porque ellos iban a Moscú el día siguiente.

De entrada, para llegar a su casa había que pillar un bus pequeño, llamado Marshruka, que es, básicamente, una furgoneta con asientos. Llegamos a casa de Kosta y Anya, nos hicieron el desayuno, nos dimos una ducha (¡joder, qué bien sentó!) y nos echamos a dormir un rato, porque el tren, aún siendo kupe, no es lo más cómodo que se puede desear.

Sobre las 14:00, salimos junto con Kosta y Anya a dar un paseo por el centro. También habían llamado a Manuel, otro CSer de Suiza, que planeaba estar dos semanas en Irkutsk para aprender un poquito de ruso. Tanto Kosta y Anya, como Manuel eran gente de puta madre. Había un caos lingüístico entre inglés y ruso, pero todo se llevó muy bien. Primero, fuimos al centro.

Después, al río Angara.

Más tarde, caminamos por el casco antiguo, hasta un parque en el que el río Angara hace una especie de ‘playa’, con agua a 10 grados, y la gente nadando.

La ciudad es muy bonita, con una grandísima carga comunista en su arquitectura, como no podía ser de otra manera. Una anotación muy importante, las tías en el Este de Rusia son espectaculares. De verdad, nunca soy de mencionar nada así, pero hay cada monumento que te caes de espaldas. Cuesta ver la ciudad cuando cada minuto te cruza un bombón del copón. Manuel se ponía enfermo y hasta les empezó a hacer fotos, siendo éstas la verdadera atracción de Siberia, jaja. Yo creo que se debe al agua de Baikal, que tiene algo especial. Incluso me da la impresión que de lo buena que es este agua para el cuerpo, que me ha bajado la barriga y me ha crecido el nabo.

Por la tarde/noche, decidimos hacer una cenita española en casa. Lo más divertido es que los chicos cocinamos mientras las chicas miraban Internet: hicimos dos tortillas de patatas de 4 huevos cada una, mucho pan con tomate, queso, embutido, y 8 litros de Sangría, de los que solamente llegaron 5 a la cena, porque los cocineros se estaban calentando el hocico, jaja. Pasamos unas velada genial y nos fuimos a dormir, por fin, en una cama normal.

Control de Gastos:
- Bus: 24 RUB (0,63 €)
- Comida: 550 RUB (14,47 €)
- Teléfono ruso MTS: 500 RUB (13,16 €)
- Bus: 50 RUB (1,32 €)
- Cena: 700 RUB (18,42 €)
- Bebidas: 300 RUB (7,89 €)