Guangzhou (China) – Hong Kong – Kuala Lumpur
Otro día ajetreado: desayuno en China, comida en Hong Kong y cena en Malasia. El objetivo era encontrar la forma más barata de llegar al aeropuerto de Hong Kong desde Guangzhou, y para ello, teníamos la ayuda de Gisele, experta en la materia :DD
Salimos pronto de casa, en dirección a la estación de tren. Aquí, un tren hasta Shenzhen, que dicen que es el putiferio de China, el descontrol total, pero de noche. Una vez en Shenzhen, unos 90 minutos de tren, hay que cruzar la frontera a patita de China y luego la de Hong Kong. En Hong Kong, coger el metro, una parada nada. Parece mentira, pero el metro de Hong Kong termina en la frontera con China, ¡brutal!
Una vez en Hong Kong, como no nos cambiaban los yuanes que teníamos, tuve que ir al cajero a sacar lo justito para pagar el autobús A43 que va hasta el aeropuerto desde esa parada de metro. Y ¡voilà1!, llegamos al aeropuerto.
Fácil, facturar, entrar para comer algo y esperar nuestro vuelo de Air Asia. Como era de esperar, retraso, pero los muy cabrones nos hicieron esperar dentro del avión. Cuando quisimos comprar algo de beber, nos dijeron que no aceptaban euros, dólares, yuanes, monedas de Hong Kong, ni visas. Así que me levanté, con todo el dinero de varios países en la mano y alcé la voz a la azafata en público para hacerle ver que necesitaba beber algo y no quería aceptar mi dinero. Todo el mundo mirando, y aceptó darme vasos de agua caliente, jaja. Suerte que siempre llevamos unas bolsitas de té. Pues nos tiramos todo el vuelo bebiendo té, menos mal.
Cuando llegamos a Kuala Lumpur, el calor era durísimo. Juliana, una amiga de Penang que vive en Kuala Lumpur, nos estaba esperando con el coche para llevarnos a casa de Mario, donde nos íbamos a quedar a dormir. Mario y su hermano Pep son dos tipos geniales: nacidos en Chile, pero criados en Sitges, han vivido en Shanghai antes y ahora en Kuala Lumpur. Tienen una casa enorme en la zona de expatriados de KL, llamada Bangsar.
Junto con Juliana, fuimos a cenar algo y luego volvimos a casa a bebernos todo lo que encontramos. Es la gran pega de Malasia, como el Gobierno es musulmán, los impuestos del alcohol son altísimos. ¡Qué capullos! El día siguiente, teníamos un tren nocturno hacia las islas Perhentians, para ver, finalmente, a Rubén, Laura y Sergio.
Control de Gastos:
- Desayuno: 45 RMB (4,69 €)
- Tren a Shenzhen: 150 RMB (15,63 €)
- Metro Hong Kong: 40 HK$ (3,96 €)
- Bus A43 Aeropuerto: 60 HK$ (5,94 €)
- Comida: 71 HK$ (7,03 €)
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