Guangzhou
Otra vez, llegada a las 6 de la mañana. Pelea con el taxi para llevarnos a casa de Gisele, y como era muy pronto, nos esperamos un rato abajo, para no despertarla mucho. Sobre las 7:30 subimos, y Elena se metió a dormir, yo me quedé subiendo fotos al blog, porque en el resto China, es tan sumamente lento que era imposible.
Cuando Elena se levantó, salimos a la isla de Guangzhou, que parecía tener arquitectura colonial inglesa y francesa. La historia del metro y buscarse la vida, porque siguen sin hablar ni gota de inglés. Nada ha cambiado en un mes :DD Y la isla, feísima. Quizás porque están haciendo muchas obras por los juegos Asiáticos, no sé.
Desde el río, había una bonita vista, aunque con las lluvias torrenciales de las últimas semanas, el agua bajaba muy turbia.
Comimos algo y caminamos hasta el distrito tecnológico, donde venden todas las imitaciones que os podáis imaginar. Había un mini portátil que costaba 120€ y era idéntico al Sony Vaio, incluso te ponían las pegatinas si querías, pero claro, era falso, y todo “made in China”. Te puedes arriesgar y puede salir bien o no.
Desde aquí, caminamos de vuelta y había otro mercado gigantesco de ropa. Elena no podía controlar los ojos, y no dudó en comprarse algo. No me acuerdo, quizás camisetas por medio euro, o algo así. La verdad es que Guangzhou es un mercado de 18 millones de personas, todo son tiendas, todo, todo.
Volvimos a casa, que habíamos quedado con Gisele, nos tomamos unas birretas y salimos a cenar. Ella quería llevarnos a un hotel de 4 estrellas cerca de su casa que hacen una especie de tapas chinas. Muy bueno, y buen precio. Considerablemente más caro que cualquier garito en China, pero, igualmente, muy barato. Aprovechamos para tomarnos unas cervecitas en la calle, porque era un día caluroso, pero corría la fresca. Subimos a dormir y nos despedimos de Gisele.
Control de Gastos:
- Comida: 22,5 RMB (2,34 €)
- Metro: 16 RMB (1,67 €)
- Birras: 26 RMB (2,71 €)
- Cena: 75 RMB (7,81 €)
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