Chengdu
Para evitar que la huelga de taxis nos afectara el camino al aeropuerto, estábamos preparados a las 8:00, y despertamos a Gisele para que le pudiese decir al taxista dónde llevarnos. Nos despedimos de Pedro y Ana, y, cómo no, de súper Gisele, y nos metimos en un taxi camino del aeropuerto. Viaje rápido y barato.
Como habíamos comprado los billetes por separado, Luciano volaba en un vuelo 1,5 horas después de nosotros, así que decidimos que lo más fácil era que él viniese con nosotros al aeropuerto de Guangzhou y que nosotros le esperásemos en el aeropuerto de Chengdu. Para matar tiempo nos fuimos a un fast-food muy famoso en China que se llama Kung-Fu, y que tiene una foto de Bruce Lee como publicidad. Eso sí, no tiene hamburguesas ni patatas, fideos y arroz :D
Después del vuelo, todos juntitos otra vez en el aeropuerto de Chengdu, pillamos un taxi hacia un hostal que nos habían recomendado de Lonely Planet (de la antigua, porque en la nueva ya no está, jeje), llamado ‘The Loft’. Pagamos 4,5€ por 30 minutos de taxi. El hotel solamente tenía dos habitaciones dobles libres, con baño compartido y una cama en un dormitorio de 4 camas. Cabe recordar que esta noche llegaba nuestro amigo Tommy desde Singapur, así que pasábamos a ser 5, y no 4. ¡Nos quedamos con todo!
Nuestra idea era salir de Chengdu hacia Lhasa, en el Tíbet, el día siguiente, 2 de Mayo, en tren. Ese famoso tren más alto del mundo que tarda 46 horas en llegar, con lo que habríamos llegado a Lhasa el día 4 cuando empezaba nuestro tour por Tíbet. Antes de comprar el billete, hay que obtener un visado para Tíbet, que ya teníamos y nos había costado mucho, en tiempo, en esfuerzo y en dinero. Este permiso (TTB) para viajar al Tíbet debe ir acompañado de un tour oficial y un montón de polladas más. Suerte de Tommy que se podía comunicar en chino, o tendríamos que haber pagado mucho más.
Desgraciadamente, tras llegar a Chengdu, nos enteramos que el maldito tren no pasa cada día, sino cada 2 días, así que teníamos que ir como muy pronto el lunes 3 de Mayo y llegar el Miércoles 5. Por un lado, el billete hay que comprarlo mediante alguna agencia, que compran todos los billetes de antemano, tipo mafia, y los revenden por un 30% más, y no son baratos precisamente. Aún así, nos acercamos a la estación del Norte para ver si podíamos conseguirlos. Los 4 fuimos hasta que conseguimos enterarnos de dónde los vendían. Todo está en chino, nadie habla inglés, así que les habíamos pedido a los del hostal que nos escribiesen unas frases en chino. Nuestro gozo en un pozo, todo agotado para el lunes, podíamos comprar para el Miércoles. Pues nada, resignados, de vuelta al hostal a comprar los billetes que ellos podían conseguir mediante una agencia con un robo de 30€ por persona. No te roban los del hostal, sino los de las agencias que se relacionan con los hostales, aunque me imagino que cada uno se llevará su pedazo del pastel, ¿no?
Ahora nos tocaba cambiar las fechas de nuestro viaje porque no podíamos salir en la fecha inicialmente prevista. Llamamos a Gisele para que nos hiciese de traductora porque Tommy estaba volando. Ella le explicó el tema y el de la agencia en Tíbet dijo que podíamos empezar el día 5 en vez del 4 sin ningún problema. Lo cierto es que esto del TTB, el permiso para el Tíbet, es una forma de sacar pasta brutalmente con la gilipollada del Budismo, el Dalai Lama y los Tibetanos. ¡Qué triste!
Hay tres tipos de billetes para el tren Chengdu – Lhasa:
- Asiento: más barato, pero tiene que ser durísimo, ni de coña
- Cabina con camas “Hard-Sleeper”: 6 camas, 2 literas de 3, con un coste máximo de 712 RMB (70€)
- Cabina con camas “Soft-Sleeper”: 4 camas, 2 literas, con un coste máximo de 951 RMB (95€)
Como éramos 5, lo mejor era hard-sleeper, así tendríamos la cabina casi para nosotros solos y podríamos liarla, ¿verdad?
Bien, cerrado el tema de los billetes, y sabiendo que el viaje por el Tíbet empezaría el día 5, ahora tocaba decidir qué hacer el día siguiente. La solución era muy fácil: ir a ver a los Pandas y el Buda Gigante de Leshan, la mayor estatua de Buda en el mundo (71 metros de alto sin la base). Como éramos 5, nos salía muy rentable reservar una furgoneta y hacernos un viaje a medida con conductor. El precio eran 700 RMB (unos 70€), más la entrada a la reserva de Pandas (6€) y la entrada al Buda (9€). La furgoneta tenía 6 asientos y mientras Elena estaba negociando y hacíamos los números para pagar, llegó un chico alemán al hostal y se ofreció a unirse y compartir el precio, ¡genial! El chico en cuestión se llamaba George. Así, el precio final por persona fue de 35€ por persona, incluyendo la entrada a los Pandas y al Buda.
Fue el primer día que estábamos solitos en China cuando notamos que todos los tours que se pueden hacer aquí son bastante caros comparados con muchísimos otros países: entradas, transporte, guías, etc. son infinitamente más caros que en todos los países alrededor.
Nos quedamos tomando una cerveza en la terraza hasta que finalmente llegó Tommy. Hablamos un poquillo y nos fuimos a acostar, porque, el día siguiente, la recogida era a las 7:30.
Xavi, nuevas birras en China (pero no se lo digas a Natasha que se nos cabrea :D)
Control de Gastos:
- Taxi Aeropuerto: 50 RMB (5,21 €)
- Desayuno: 18 RMB (1,88 €)
- Taxi al hostal: 24 RMB (2,50 €)
- Hotel: 120 RMB (12,50 €)
- Cena: 56 RMB (5,83 €)
- Birras: 25 RMB (2,60 €)
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