jueves, 20 de mayo de 2010

Más Dali y tren nocturno a Kunming

Día 177
Dali

Voy a intentar explicar porque estos últimos días van tan tranquilos: el Tíbet ha sido una experiencia única, el paisaje es verdaderamente incomparable, pero también cansa muchísimo, además de la altitud. Por otro lado, aunque China es un país maravilloso y la gente es bastante amable, la comunicación es tan sumamente complicada que cansa. Esa es la verdad: ¡China cansa! Aún nos queda la zona norte, sobre todo, Shanghái y Beijing, pero necesitamos hacer una pausa de China. El mejor sitio para hacerlo: Malasia. Podremos ir a ver a Rubén y a Sergio, que están en las Perhentians haciendo de instructores de submarinismo. Elena también quiere hacer el curso de ‘Open Water’, así que nos vendrá perfecto para pillar fuerzas para la segunda parte de China. Por su parte, Tommy, que es, por decirlo de alguna manera, un chino pijo (Singapur y Hong Kong son como los de élite), está muy agobiado de China, por no decir de la diarrea que tiene. Luciano volverá a Borneo un tiempo más, mientras paseamos por Malasia, y, espero que nos podamos reunir para ver lo que falta de China. Si a eso le sumas que se nos ha sido Serafín, que era un hartón de reír por todo lo que le ocurría. Se le echa mucho de menos…

Con esta perspectiva, Dali, aunque muy bonito, ya lo habíamos visto, y los alrededores, los paisajes, son pequeñeces comparadas con lo que ya hemos visto en el Himalaya. Que si una montañita, que si un templo, que si un lago… Si hubiésemos ido al revés, de Yunnan hacia Tíbet, la cosa habría cambiado.

Pues nada, al levantarnos, dejamos las maletas en el hostal, y fuimos a desayunar. Después, nos quedamos en un café que tenían Internet Wi-Fi, charlando y navegando. Nada más, ¡qué triste! Cuando llegó la hora de comer, nos fuimos a nuestro ‘cutrix’, a comer bien y barato.

Volvimos al hostal, que también tenían Wi-Fi, y matamos el tiempo. Nos intercambiamos algunas pelis y fotos, y esperamos la hora de ir a la estación para coger el tren hacia Kunming. Cuando llegó la hora de ir, fuimos a la calle principal para buscar un taxi, y nos paró uno ilegal justo en los pies, que estaba dejando a pasajeros. Tommy negoció el precio, y nos acercó a la estación de tren, que está realmente lejos del centro histórico de Dali.

En la estación compramos algo para cenar y beber en el tren y nos volvió a tocar hacer el baile de asientos, porque no estábamos juntos. Esta vez fue más rápido, pues todos eran del mismo vagón. Vimos unas pelis, tomamos unas birras y muy poco más.


Control de Gastos:
- Desayuno: 40 RMB (4,17 €)
- Taxi: 25 RMB (2,60 €)
- Té: 27 RMB (2,81 €)
- Comida: 25 RMB (2,60 €)
- Tren Kunming: 172 RMB (17,92 €)
- Compras: 50 RMB (5,21 €)
- Cena: 45 RMB (4,69 €)

No hay comentarios:

Publicar un comentario