miércoles, 5 de mayo de 2010

Llegada a Lhasa (Tíbet)

Día 162
Lhasa

Este día sí que empezábamos la aclimatación a grandes altitudes. Incluso llegamos a un pueblo que estaba a 4700 metros, por donde pasaba el dichoso tren, ¡casi nada! El tren y la aclimatación jugaron un papel fundamental que me provocó un dolor de cervicales imposible. Tommy quizás lo pasó peor, porque vomitó como 6 veces en tren. En general, todos teníamos una sensación de “globo”, como si llevásemos 5 cañas sin comer, jeje.

Estábamos llegando a Lhasa y ya teníamos preparado el tour por el Tíbet, que incluía:
Día 1: Llegada a Lhasa (JIANGSU ECOLOGICAL HOTEL)
Día 2: Monasterio Drepung, Monasterio Sera (JIANGSU ECOLOGICAL HOTEL)
Día 3: Templo Jokhang y Lhasa (JIANGSU ECOLOGICAL HOTEL)
Día 4: Palacio Potala, Lago Namtso (Bungalow)
Día 5: Lago Namtso, Yambajan, regreso a Lhasa (JIANGSU ECOLOGICAL HOTEL)
Día 6: Lago Yamdrok, Gyantse (Monasterio Palkor) y ruínas Zongshan, hasta Shigatse (SHIGATSE YAK HOTEL)
Día 7: Desde Shigatse hasta el Everest por la “Carretera de la Amistad” (SNOWLAND Guest House)
Día 8: Campamento Base del Everest, regreso a Shigatse (SHIGATSE YAK HOTEL)
Día 9: De Shigatse a Lhasa, pasando por Tashilumpo (JIANGSU ECOLOGICAL HOTEL)
Día 10: Despedida de Lhasa, regreso a China

Vamos a explicar este caos un poco, por la manera en qué funciona el Tíbet para los turistas es una tanto peliaguda. Para llegar al Tíbet se necesita el TTB (permiso de acceso), que solamente se puede obtener por las agencias que organizan los viajes. El requisito imprescindible para obtener el permiso es contratar el tour, y tener un calendario detallado y un guía CADA día. Sin tour contratado con el itinerario definido no hay permiso.

Además, hay que contratar un coche (jeep o furgoneta) con conductor, si se quiere salir de la capital Lhasa. Todo esto es un requerimiento legal (¡manda cojones!). Sin embargo, las condiciones de entrada al Tíbet cambian cada dos por tres, según la temporada, pidiendo más o menos cosas, por lo que nunca se sabe qué van a pedir en cada momento si no se hace con agencia. Es decir, olvidaros del Sudeste Asiático, pillar un bus/tren, llegar allí, caminar buscando hotel y encontrar salidas diarias a los diferentes sitios. Por úlimo, el permiso puede tardar varios días, semanas e incluso meses.

Antes de salir hacia China, escribimos a innumerables agencias de viajes en Lhasa y China preguntando el precio y las opciones que nos proponían. La mayoría nos pedían unos 400€ por persona, siendo un grupo de 5, incluyendo el coche con conductor pero sin hoteles, por lo que te pueden cargar lo que les salga de los webs.

Nuestro amigo de Singapur, Tommy ‘el Chinito’, tenía un amigo que fue al Tíbet el año pasado, y pudimos contactar la misma agencia, que solamente habla chino, en detrimento de nuestras posibilidades lingüísticas. Lo único que teníamos que tener en cuenta es que los hoteles podrían cambiar según disponibilidad, o algún monasterio podría estar cerrado por alguna celebración, restauración o lo que sea.

¡ESTAMOS EN EL TÍBET!


Llegamos a Lhasa a las 17:00, y el tipo de la agencia con vino a recoger y nos llevaron a un hotel de 4*, que era bastante bonito. Más aún después de estar en un tren durante dos días sin ducha, jaja.




La altísima altitud provoca lo que llaman el “mal de altura”, por la falta de oxígeno, y se tarda unos 2-3 días en aclimatarse. Aunque Elena, Sera, Luciano y yo estábamos bien (sin contar el grandísimo dolor de cervicales del puto tren), excepto por un ligero mareo y un poco de dolor de cabeza; Tommy estaba cada vez peor, muy colocado y potando cada dos por tres. Quedamos con el de la agencia para el día siguiente a las 12:00, con tal de dormir bien y recuperarnos. Solamente nos advirtió que no nos podíamos mojar la cabeza hasta el día siguiente porque sería peor…

Una cosa curiosa sobre Lhasa y Tíbet, en general, es que es algo caro. Además de todos los permisos y viajes, todas las entradas son caras. Con la puta broma del Dalai Lama, de lo exótico que suena el Tíbet, de la cordillera de los Himalayas, del Budismo y tal… Resultado: ¡ostión! Todo lo que haces, a pagarlo.

Tras cambiarnos, salimos a cenar, bien abrigaditos, y a probar la cerveza principal del Tíbet: Lhasa Beer. Después, nos recogimos porque Tommy no podía estar en público y nos hicimos la última en el hotel.


Control de Gastos:

- Desayuno: 50 RMB (5,21 €)
- Comida: 65 RMB (6,77 €)
- Taxi: 8 RMB (0,83 €)
- Cena: 100 RMB (10,42 €)


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