sábado, 15 de mayo de 2010

Por fin, Shangri-La

Día 172
Shangri-La

¡Me cago en sus…! Empieza la temporada de cuaresma tibetana y solamente pueden comer vegetales. ¡Coño! Desayuno gratis pagado por China Eastern y no puedo comer casi nada. Al menos, nos dicen que el avión está OK y que podemos volar. Así es, con peor sitio que el día anterior y mucho más lleno, llegamos a Shangri-la, donde el aeropuerto se llama Diqing, no sé porqué.

Al bajar, nos dijeron que teníamos que firmar algo, todo en Chino, para cobrar los 40€ que nos daba China Eastern. ¿40€? ¿Por 25 horas de retraso de un vuelo de 150€? ¡Estafadores! Pasamos de hacer nada hasta que pudiesen hablar en inglés con nosotros, y como Kunming, donde tienen la central, estaba en nuestra ruta, decidimos esperar para hacer un poco más de ruido y esperar que nos devolviesen el total. ¡Ilusos que somos!

Otra curiosidad, era Sábado, y el aeropuerto de Shangri-la solamente tenía 2 vuelos en todo el día: la ruta de Lhasa y la de Shanghai. Eso quiere decir que no hay ni taxis, ni buses, ni pollas. Pues nada, a caminar hasta encontrar un taxi, y, sin querer, nos llevamos el carrito del aeropuerto, que dejamos, ordenadamente, tirado en cualquier esquina. A los 30 minutos, encontramos taxi.

En la ciudad, la búsqueda inmediata de siempre: un hostal. Unas chinas-canadienses nos recomendaron uno que era la bomba. Muy baratito y en el súper centro (Tibetian Garden Inn), justo al lado de uno de esos que promueve Lonely Planet, y hasta con Wi-Fi, y, lo mejor, mantas eléctricas. ¡Qué gustito meterse en la cama!

Salimos para caminar un poco y comer algo, y nos vimos sorprendidos por la Casa de Abu, un tipo que luchó en la Revolución Cultural y que escondía personas contra el régimen. Él mismo te lo va explicando, en chino, y luego te pasa el cepillo para que pagues algo de voluntad, jaja.

Un poco más arriba, en la calle principal, hay un mercado de comida muy económico, aunque para llenarte te has de comer 6000 banderillas.

También, pudimos probar la cerveza de la zona: Dali.

Seguimos paseando y haciendo fotos por la bonita ciudad, con casas muy tradicionales. Después, hicimos un café, y nos dirigimos a cenar a un restaurante que nos habían recomendado, también, las chinas-canadienses: un “Hot Pot”, que cuesta 20 RMB (2€) por persona y puedes comer TODO lo que quieras: carne, pescado y vegetales, sin control. ¡Qué bien! Acabamos llenísimos, y de vuelta al hotel a tomar unas birretas mientras charlábamos.


Control de Gastos:
- Taxi: 10 RMB (1,04 €)
- Casa de Abu: 10 RMB (1,04 €)
- Comida: 44 RMB (4,58 €)
- Hotel: 50 RMB (5,21 €)
- Merienda: 28 RMB (2,92 €)
- Birras: 40 RMB (4,17 €)
- Cena: 34 RMB (3,54 €)

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