Hue
Venga, otro madrugón para nuestro ‘Open Bus’. Como es un viaje de día, y no de noche, nos hacen la pirula y nos meten en un autobús normal, sin camas. Mientras esperábamos, vimos Mauro y los chicos mexicanos que habíamos conocido en Nha Trang. Les comentamos la opción de unirse al grupo que los ‘solteros’ compartiesen habitación. ¡Viento en popa!
El bus hizo una parada bastante rápida para comer y seguimos en ruta. Unas 5 horas en total de Hoi An a Hue. Al llegar, nosotros ya teníamos reservada la habitación en un hotel, donde nos esperaban las hermanas inglesas, Amy y Zoe, pues habíamos quedado en Hue.
Tenían una habitación extra para la pareja mexicano, así que teníamos casi todo el hotel ocupado, jaja. Nos dimos media horita para ducharnos y salimos a comer.
En Vietnam, es interesante ver cómo lo queman todo. Supongo que el fuego purifica, por qué si no…
Como hoy se celebraba el Año Nuevo Chino, estaba todo decorado, y allá donde fueses te decían ‘Chuc Mung Nam Moi’, que debería sonar como ‘Feliz Año Nuevo’ o algo similar. En el bar donde comimos vimos ya la separación entre Norte y Sur, y entre éstas y Hue: aquí tienen sus propias cervezas:
- Festival Beer: vaya nombre, ¿eh?
- Huda: la más común
Barriguita llena y salida a visitar un poco la ciudad. De camino, antes de llegar al río Perfume, que riega Hue, un tipo local nos empezó a hablar en castellano. Nos quedamos todos sorprendidos. Era un conductor de bicis para turistas y era muy divertido. Nos enseñó su libro de referencias y negociamos un buen precio para todos. Algo fácil, ir a la ciudad amurallada y volver al río, pasando por el mercado.
¡Venga, a las bicis!
Pasamos uno de los puentes sobre el río Perfume.
Y llegamos a la Ciudadela amurallada.
Todas las ciudades estaban llenas de tiendas de flores, algo obligatorio para la celebración.
Le dijimos al tipo que conducía que nos dejase llevar la bici un rato. Ahí estoy yo a tope, pero nada, 5 minutillos, no os penséis.
Visitamos el escenario donde se hacía el concierto de celebración por la noche, con mucha comedura de tarro comunista, y algún templete curioso.
De regreso, nos pararon en la casa de alguno de ellos a tomar una cervecilla. Igualmente, era bastante barata, así que sin refunfuñar.
Aquí el guapetón que hablaba castellano, muy divertido el tipo y siempre riendo. ¿Estaría fumado?
En Hue, y en general en el Norte de Vietnam, hay que tener especial cuidado con los conductores de bicis y taxis. Todos tienen truquillos para levantarte la pasta. El más común es decir un precio por todos y luego referirse a él como individual. O llevarte a algún sitio más de la cuenta, sin tú pedirlo y pedirte cuentas al respecto. Estábamos preparados para el chanchullo. Salimos de la casa donde estábamos, pagando sin quejarnos, incluso las 3 cervecillas de ellos (entre 6 era nada) y volvimos a las bicis.
La primera artimaña, de 4 bicis, a 3, así que Mauro y Lucho tuvieron a ‘apretarse y tocarse’ para caber.
El tráfico seguía siendo asqueroso.
Y nos dejaron en el mercado, sin haberlo dicho. Al bajar, nos pedían el doble por persona, argumentando no sé qué y jugando al poli bueno, poli malo. Nosotros no dimos nuestro brazo a torcer, aunque les ofrecíamos un 20% de bote por tratarnos bien. Todo ese buen rollo que había quedó quebrado por la discusión. Y allí, mirándonos, Amy y Zoe, con las que habíamos quedado, partiéndose de risa. Nada, les dimos lo que había y fuimos al mercado. Volvimos a rozar el momento de la ostia al vietnamita, pero nos controlamos bien. El mercado era como una tienda de 20 duros de 1 km cuadrado.
Obviamente, ya no nos esperaban en la puerta, jaja. Regreso a patita. Puente.
Y el río Perfume otra vez.
Al hotel a arreglarnos para la celebración. Salimos a una calle que nos habían recomendado para ir a cenar, los 8, y nos encontramos con una chica estadounidense que ya conocimos en Bangkok (a mirar el último día en Bangkok para recordarla), que estaba con una amiga.
No me puedo reprimir en contar el cotilleo con la chiquilla yankee, jaja. Mientras escribo ya me estoy meando de risa. La niña, no muy guapa, pero con una delantera importante, se fue de misionera durante unas semanas a Vietnam, justo después de Tailandia. Pero la echaron… ¡PORQUE SE CEPILLÓ A UN MONJE… Y LA PILLARON! ¡Vaya telita! El puto cachondeo de toda la noche, ¡pervertida! (Sí, Ariel, "cogió" con un pobre monje con voto de castidad) :DD
Después de cenar, aprovechamos la Happy Hour de un hostal y salimos hacia el punto de celebración. El puente principal sobre el río Perfume cambiaba de color, muy vestidito para el momento.
Y las puertas de la ciudad amurallada, todo presidido por el ‘padre’ Ho Chi Minh, toda la ciudad se amontonaba esperando el cambio de año.
15 minutos de petardazos, escuchando el “uuuh”, “oooh”, “aaah” de los vietnamitas, y todos para casa. Ni fiesta, ni concierto, ni mierda. Todo el mundo a su casa. Y los pobres blanquitos esperando una verbena, allí tirados, jaja.
Suerte que una familia nos invitó a su porche y nos ‘vendió’ unas cervecitas para celebrar el año. CHUC MUNG NAM MOI!!!!!
Nada, de vuelta al hotel, un bocata de camino en un bareto, con las ratitas de ciudad, más grandes que los gatos, muy cerquita a la caza de jalungo y a dormir.
Control de Gastos:
- Desayuno: 72000 VND (2,82 €)
- Comida: 172000 VND (6,74 €)
- Bici Taxi: 90000 VND (3,53 €)
- Bebidas: 150000 VND (5,88 €)
- Cena: 178000 VND (6,98 €)
- Hotel: 133000 VND (5,21 €)
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