Muong Ngoi
Al levantarnos, pues habíamos quedado prontito para hacer la caminata, fui a buscar a la Mama para pedirle el desayuno, muy barato. La verdad es que nos hizo unos crepes gigantes, muy contundentes que nos dejaron llenísimos, y teníamos que andar 20 kilómetros… Aunque había una niebla muy espesa, a primera hora.
Así nos fuimos al punto de quedada, el local del guía. Allí llegaron todos los que formábamos el grupo: los 3 israelíes y los 2 alemanes, Andreas y Sandra. Juntos bajamos al muelle para tomar un bote que nos llevaría al principio del camino.
20 minutillos de barco, bastante inestable, y llegamos a la primera aldea desde la que empezaríamos a caminar.
Mientras andábamos, el paisaje seguía siendo característico de Laos, nada que ver con sus países vecinos. Campos de arroz, zonas de reforestación, montaña, caminitos…
Tras un buen rato bajo un sol abrasador, subiendo y bajando, llegamos a un poblado de Cruz Roja. En Laos, todos estos poblados de minorías suelen tener la ayuda de Unicef, Cruz Roja o alguna ONG de las que SÍ ayudan.
Poblado curioso y un buen recibimiento de todos los habitantes, poquitos. Nos sentamos en una especie de bar para refrescarnos y comer algo de fruta, que estaba incluida en el precio.
El crepe le pedía espacio al pobre Lucho y se tuvo que conformar con esto :DD
Me encanta la cara de curiosidad de este niño, que nos miraba medio escondido.
Salimos del poblado, saludando a todos los niños que salían a gritarnos y pudimos ver cómo una familia extraía el grano de arroz de la planta.
Otra vez a un caminillo de montaña, arriba y abajo.
Con la típica visita de las increíbles mariposas que tienen en estos países.
Habíamos pasado de un paisaje de montaña a uno de jungla en un momento.
Era el momento de comer. El barquero, bien ubicado él, nos sacó un poco de arroz, algas, salsas, un poco de pollo y algo de fruta. No es que fuese un lujazo, pero tampoco estaba mal, y estaba incluido en el precio. Daba igual, tras tantísimos kilómetros caminados, ya venía bien.
Volvimos otra vez al barquito para cruzar al otro lado del río y llegar a otra aldea, desde donde teníamos que caminar hasta una catarata impresionante en el medio de ninguna parte.
Lo más curioso de este poblado es que nos hicieron pagar un ‘tributo’ para ir a las cataratas, algo simbólico, pero extraño igualmente.
Otra foto que me gusta mucho, una niña calentando agua :DD
Primero campos de arroz con sus búfalos y animalillos de Dios.
Después, jungla extrema, saltando de piedra en piedra por el río y con alguna escalera natural.
Finalmente, llegamos a la zona de cataratas, cada vez más grandes y más bonitas.
Hasta que alcanzamos la última, la más grande, y donde nos íbamos a hacer un buen baño, porque hacía un calor del copón.
Como fuimos los primeros en llegar (los demás eran muy lentos :DD), nos pudimos hacer nuestra sesión de fotos. Eso sí, el agua estaba bastante fría.
Pero muy refrescante…
Hora de regresar por el mismo camino, hasta la aldea y tomar el barco de vuelta.
El río estaba tan tranquilo, entre las montañas, que daba hasta pena molestarlo.
Tras otros 20 minutos, finalmente divisamos Muong Ngoi.
Y nuestras cabañas, pero fotografiadas desde el río.
Volvimos para darnos una ducha y quedamos con los alemanes para tomar una cerveza y luego ir a cenar. Pasamos un buen rato charlando, viendo fotos y privando, para luego volver, a la hora necesaria, es decir, antes de que apaguen la electricidad, a las cabañas a dormir de los 20 kilómetros que nos habíamos metido.
Control de Gastos:
- Desayuno: 53000 LKip (4,61 €)
- Trekking: 130000 LKip (11,30 €)
- Cascada: 10000 LKip (0,87 €)
- Cena: 60000 LKip (5,22 €)
- Bebidas: 55000 LKip (4,78 €)
- Hotel: 50000 LKip (4,35 €)
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