sábado, 27 de febrero de 2010

Conociendo Luang Prabang

Día 121
Luang Prabang

Si hay algo que tiene Luang Prabang más que ninguna otra ciudad de todo el Sudeste Asiático son Templos Budistas (Wat), Budas y Monjes, concentrados en una ciudad tan, relativamente, pequeña. Por eso, aquí no hace falta pillar ningún viaje para visitar la ciudad, simplemente, comprar una botella de agua y liarse a andar por la zona. Cualquier guía tiene una ruta a pie que se puede seguir. También hay algunos viajes organizados que van a un par de cataratas que hay cerca o a montar en elefante. Sin duda, es la ciudad más barata, junto con Chiang Mai, en el norte de Tailandia, para dar un paseo en elefante, siendo unos 10-15 euros la hora.

Sin querer, nos despertamos antes de tiempo, porque en Luang Prabang hay una procesión de monjes diaria que piden comida por todas las casas. Para advertirlo, todas las campanas de la ciudad empiezan a sobar hacia las 5 de mañana, haciendo muy difícil no despertarse de un salto.


En cuanto nos vestimos, fuimos a desayunar y nos pusimos a caminar, siguiendo una especie de ruta por la calle principal, y luego por la calle paralela que discurre por el río Mekong. Hay más de 10 templos para visitar, hasta cansarse. O complejos reales con templos y exposiciones. Perfecto para andar. Hay un tema a comentar en Laos, y es que no hay regulación que prohíba quemar los hierbajos de los campos. Así que desde Febrero a Mayo, hay una sensación total de humo por la mayoría de ciudades grandes, incluso caen hojas negras quemadas. De verdad, fatal, pero bueno…

Como nuestro hotel estaba en la calle principal, Th. Sisavangvong, modelamos la ruta a nuestra conveniencia. Primero visitamos una templo donde pudimos cómo una familia bien posicionada llevaba con un jeep y otro coche lleno de gente y empezaban a sacar comida y bebida para los monjes, algo curioso.






Después fuimos al impresionante Wat Mai Suwannaphumaham.



Al salir, seguimos por la misma calle hasta el Royal Palace Museum. Aquí había dos exposiciones, una permanente y otra temporal. La temporal era de fotografía, interesante. La permanente era la colección de coches de la familia real. Todos los coches era americanos o franceses, y alguno japonés, todos los que quisieron tener poder en la zona, curiosamente.


Desde aquí, bajamos hacia el río, pasando por el Mercado de Productos Frescos, pasando por algunas casas coloniales de tradición francesa. Cuando llegamos a la calle Th. Khem Kong, que discurre paralela al río Mekong, hicimos una paradita para combatir el calor, mirando hacia el imponente río. Aquí, Lucho compró en un puesto ambulante unos pinchos de carne que creó que no le sentaron del todo bien, como se demostró en los siguientes dos días.


Algo más recuperados, seguimos caminando hacia el Wat Xieng Thong, donde tuvimos la oportunidad de hablar con un monje que estudiaba, con un libro, coreano, y que hablaba bastante bien inglés. Nos explicó de dónde era, qué hacía en el templo y algunas cosillas de su vida diaria. Realmente amigable.



También paramos algunos monjes de camino.


Era el momento del conjunto de templos más importante de la zona, donde sí que hay que pagar para entrar, y que incluye un montón de templos en el conjunto. Entre estos, están Wat Si Bun Heuang, Wat Sirimungkhun, Wat Sop y Wat Sensoukarahm. La verdad es que soy incapaz de acordarme de cuál es cuál, pero no importa mucho. Si se está en Luang Prabang, lo que hay que hacer es andar y disfrutar de los templos, sin importar cómo se llame, y, sobre todo, intentar captar momentos interesantes, hablar con los monjes, etc.








Volvimos a la calle principal, vimos algún templo más y compramos unas postales para enviarnos. Ya sabéis que nos estamos haciendo una colección de postales de todos los sitios que visitamos. No enviamos muchas porque son caras :DD

Nos fuimos a comer y echar una siesta. Como yo sigo sin ser muy bueno durmiendo, me fui a cortar el pelo, que ya tocaba quitarme las greñas guarras que llevaba. Para ello, tuve que negociar con un Tuk-Tuk que me llevase, porque no está, para nada, cerca del centro. Se lo pude explicar más o menos y me acercó a un peluquero, al que también me costó mucho explicarle algo tan simple como cortar el puto pelo, jeje. Volví al hotel y desperté a los dormilones.

El objetivo era ver la puesta de sol en el último templo que nos quedaba, el Phu Si, bajo 400 escalones.


El principal problema es que es de pago, y como no queríamos pagar, ni tan poco colarnos, esperé que bajase alguna pareja de turistas para pedirles sus billetes y reutilizarlos. A Lucho le daba un poco de vergüenza, y se quedó abajo, pero yo se los pedí a dos locales que estaban por ahí paseando y ya no querían volver a subir. ¡Perfecto! Como podéis ver, en las fotos de paisajes sí que se puede ver la polución total de Laos en esta época del año, y que puede provocar tos, ojos rojos, etc.



Al menos, la puesta de sol fue bonita, pero arruinada por todo el humo.



Luna casi llena y una cervecita en el Mekong.



Habíamos quedado con Carlos y Lidia para ir a cenar, junto en la esquina del mercado, y todo seguía cubierto en humo. Fijaros en la foto, los puntos que salen por el flash no son gotas de agua, son esas partes quemadas que van cayendo todo el día. De camino, compramos los billetes para Vang Vieng el día siguiente, previo un buen regateo.


Fuimos a cenar a la calle de la comida y luego salimos hacia el Mekong a tomar unas cervezas, algunas quizás :DD Pasamos un buen rato, compartimos impresiones y nos dimos pistas para el futuro, pues ellos se van a vivir un año a la India para estudiar un máster. ¡Buena suerte!


Control de Gastos:
- Desayuno: 48000 LKip (4,17 €)
- Vermouth en el Mekong: 38000 LKip (3,30 €)
- Wat: 40000 LKip (3,48 €)
- Postales: 71500 LKip (6,22 €)
- Tuk-Tuk y Peluquería: 42500 LKip (3,70 €)
- Cena: 63000 LKip (5,48 €)
- Bebidas: 48000 LKip (4,17 €)
- Hotel: 60000 LKip (5,22 €)

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