Nha Trang
Finalmente, la despedida de nuestra buena Gaili, que nos había acompañado 3 semanas, desde nuestra llegada a Camboya. Bajamos juntos a desayunar, muy prontito, porque nuestro bus nos recogía a las 8:30 para ir al viaje por las islas. Después nos despedimos de ella, que tenía un vuelo de regreso a Saigon, donde iba a pasar dos noches, y después Kuala Lumpur, Londres, Tallin. ¡Te echaremos de menos, Gaili! ¡Tervisekst!
Una mierda de minibús, cargado hasta los topes nos recogió en el hotel.
Y nos llevó hasta el puerto para embarcar. Justo ahí nace el teleférico que lleva a la isla pija.
El primer destino es la isla de Mieu, pero antes pasamos por un precioso pueblecito de pescadores.
Bastante pintoresco.
En la isla de Mieu no hay mucho que hacer, solamente hay un bar y el acuario de Tri Nguyen, previo pago de un euro.
La novedad de este acuario es que, además de las peceras que algunas especies, tiene un acuario natural al aire libre, que lo hace más interesante.
Dejando a un lado las locales con gorros estúpidos (parecen mexicanos), la isla es bonita :DD
En el acuario se pueden ver diversas especies de peces, incluyendo tiburones pequeños, como el que toqué en Mui Ne.
Pero lo más espectacular son las tortugas.
Que tienen acceso al acuario privado y al natural.
De vuelta al barco, la siguiente parada es Mot Island, donde se puede hacer snorkel. El alquiler de máscaras va incluido en el precio, aunque las máscaras son bastante mierda, y la vida marina no es muy espectacular. Hay algo de coral, y más peces de los que hemos visto en casi todas partes.
Llega la hora de la comida, en alta mar. Primero, nos acercamos a la cocina, que está en barco.
Más tarde, nos sirven. Decidimos instalarnos en la planta superior, que tiene más espacio. Por el precio que hemos pagado, la comida es genial.
Cuando terminamos la comida, sacan una guitarra y algo de percusión y nos hacen una ‘Jam Session’ ahí mismo. Una canción en castellano, y el resto en vietnamita.
No muy lejos se puede ver Nha Trang.
Llega el momento más esperado: la copa de vino en mitad del mar. Uno de los del barco se tira al agua con una especie de bar flotante y unas botellas de vino.
Poco a poco, todos los blanquitos nos vamos tirando al agua. Ningún local se apunta al tema. Luciano es el primero en tirarse y nadar hasta el bar.
Después Elena, aunque costó un poco convencerla para saltar. Hizo el saltito de la rana desde la parte más baja del barco, jiji.
Yo tuve que ser el último y por eso no estoy retratado… El “camarero” iba pegando buches a todas las botellas de vino y gritando “Fucking Boat Trip”, que era lo único que sabía en inglés. El vino nos animó lo justito para la siguiente parada, la playa de Tranh, bastante pija, y un cánon de entrada de unos 80 céntimos de euro, una de las típicas estafas de Vietnam. Aún así, es muy asumible.
El momento era perfecto para negociar un buen precio por hacer ParaSailing. ¡Vamos a volar por el mar!
Elena no se anima, pero Luciano y yo sí. Queríamos hacer un tándem, pero como cuesta lo mismo, decidimos hacerlo por separado. Primero yo.
Después, Luciano. El momento del ‘despegue’, con una playa de escasos 3 metros es brutal. ¡Subidón, subidón, subidón!
Una gran experiencia, la verdad. ¡Ojalá valiese lo mismo en España! No sé quién es más estafador…
Acababa el viaje, regresamos a puerto.
Fuimos hacia el hotel, y nos dimos una ducha antes de ir a nuestro siguiente destino: Hoi An. Teníamos bus nocturno. Cabe decir que para poder volver al hotel, como no íbamos a hacer noche, tuvimos que pagar media pensión para poder dejar las cosas mientras estábamos en el viaje, y para poder ducharnos al regresar. Aún así, era bastante barato: media habitación entre tres.
Llegamos al bus los primeros para poder escoger los asientos. Aunque hay recogida en los diferentes hoteles, es mucho mejor ir a la agencia, para entrar antes que nadie y poder buscar el sitio más confortable. Aún así, una verdadera mierda, incomodísimo. Parecen haber algunos buses más cómodos, pero es cuestión de suerte.
En el bus, conocimos a Belén, una chica argentina, que vive en Barcelona, y que estaba de luna de miel; pero su marido no tenía tanto tiempo para viajar, y había regresado. Luciano habló con ella, y rápidamente se dio cuenta que el marido del que hablaba era uno de sus antiguos compañeros de curro. ¡Qué pequeño es el mundo!
Pues nada, otra noche sin dormir en un bus nocturno.
Control de Gastos:
- Desayuno: 64000 VND (2,51 €)
- Fucking Boat Trip: 240000 VND (9,41 €
- Acuario: 70000 VND (2,74 €)
- Playa: 40000 VND (1,57 €)
- ParaSailing: 300000 VND (11,76 €)
- Merienda: 68000 VND (2,66 €)
- Bebidas: 80000 VND (3,14 €)
- Hotel: 76000 VND (2,98 €)
Os echo de menos, tambien!
ResponderEliminarBut see u soon :)