Koh Phi Phi
Habíamos quedado con Laura y Claudia en nuestro hotel a las 8:30, para ir con tiempo a desayunar al Buffet Libre y pillar tanta comida fuera posible para el viaje a Phi Phi Lay. Además de gustarnos ahorrar, no nos gusta despilfarrar. Es por eso que hemos fundado lo que llamamos el ‘Tiradismo’, en el que ya tenemos un máster. Incluso nuestra buena Andreea, superiormente más pija que nosotros, ha empezado a dejarse llevar. Aún requiere agua caliente para ducharnos, pero ya le da igual el aire acondicionado, beber Chang por la calle, comer pollo de otras mesas, etc. Dos semanas más, y la cambiamos completamente, jaja.
Pues eso, siguiendo nuestra nueva religión, que hace estragos por el mundo entero, configuramos el viaje para hacer buceo:
- Comida del Buffet Libre: en bolsas perfectamente separadas para no mezclar sabores (fruta, verduras, carne y pan)
- Bebidas del Supermercado más barato: para todos los gustos y sabores
- Hielo: directamente de la fábrica, nada de tiendas
Llegamos al restaurante, donde nos esperaba Dorobanţu, y esta vez éramos 7. En primer lugar, como estaba todo bastante vacío, pusimos el grito en el cielo para que nos llenasen TODOS los platos de comida, y, después, mientras comíamos, íbamos llenando nuestras bolsitas. De todo un poco, para todos los gustos y colores.
Bien desayunados y con la comida preparada, nos fuimos al punto de encuentro, pero Am había tenido que irse a Krabi y nos dejó a un tal Railay, bastante más viejo, aburrido, gritón y amargado. Configuramos la ruta, esta vez, todo en el Parque Natural de la isla sur, Phi Phi Lay:
1) Una pequeña bahía antes de llegar a Maya Bay
2) Maya Bay para bucear
3) Maya Bay Playa, a ver si podíamos hacerlo sin pagar
4) Loh Samah Bay para bucear
5) Pi-Leh Bay para nadar
6) Viking Cave para ver qué tal
7) Monkey Bay para jugar con los monos
Y así salimos de puerto.
En la primera parada, aprovechando que Luciano había hecho buceo profesional el día anterior, fuimos a donde a él le llevaron. Nos lanzamos al agua y buceamos un ratito. Lo más novedoso fue ver un tiburón aunque muy rápidamente desapareció.
Después subimos de nuevo al bote, abrimos una Chang (¡cómo no!) y fuimos a la bahía de Maya Bay a hacer buceo. Reconozco que la playa es impresionante, pero, como siempre, demasiada gente y barcos.
Nadamos un ratito.
Luego volvimos al barco, a intentar conquistar la arena de Maya Bay. El barquero se puteó muchísimo porque no dijo que teníamos que pagar 5€ cada uno por ir a la playa, y nosotros le dijimos que ya habíamos pagado dos días antes y que preguntaríamos si eso valía.
Tristemente, al amarrar en la orilla vino el tipo con la gorrita a cobrar, le comentamos el tema y dijo que si queríamos bajar teníamos que pagar. ¡Pasando! Principalmente, pasamos porque teníamos un plan ‘B’: Loh Samah Bay, conectada por detrás a Maya Bay, misma arena, misma agua, más pequeña, menos gente.
Como era de esperar, la playa para nosotros solitos, por lo que teníamos que hacer ahí el picnic y unas birras.
Nos quedamos una par de horitas a la bartola, haciendo bromas, echando fotos, bañándonos, comiendo, bebiendo, mientras nuestro barquero sobaba en el barquito un pedazo de siesta.
Chicas a un lado, ordenadas por altura:
Chicos a otro, a la sombrita:
Cuando ya estábamos cansados de estar ahí, volvimos al barco y fuimos a hacer buceo en la misma bahía. Aquí sacamos la cámara, por la novedad.
Pues vimos varios peces de la zona, a los que alimentamos:
Otros peces de colores:
Un coral precioso:
Unos bonitos peces amarillos:
Y otra serpiente de mar:
Otra vez arriba, en dirección a Pi-Leh Bay, una bahía muy bonita, que cubre como metro y medio, y tiene algunas diversiones, además de un agua increible.
La cuerda fue un cachondeo total para los 7, pero más para mí, que la pillé desde el barco, me puse a balancearme y me di un buen hostiazo con la punta del barco :DD
Tras unas peleas a caballo y unas Chang, volvimos al barco para ir a ver a los monos a Monkey Bay.
Pasando por Viking Caves de camino, interesantes de ver, en mitad del mar.
Fue un fracaso total, porque vimos algunos al llegar, pero ya los habían alimentado, por lo que no bajó ninguno. Al menos, hicimos algo útil: nos dio la vena ecologista y limpiamos todos los restos que los guarrísimos que habían estado antes habían dejado. ¡Una buena acción de vez en cuando sienta bien! Incluso para seguidores del Tiradismo, porque somos “tiraos” pero honrados :P
Nuestro barquero ya empezó a decirnos que teníamos que volver. Se encabronó muchísimo, y solamente habían pasado 6 horas, pero decía que no quería más, bla, bla, bla. Por no pelearnos, regresamos.
Pero la nevera estaba ahí, vacía, y teníamos tiempo: la llenamos, la llevamos a nuestro hotel y, tras una ducha muy rápida, empezamos una ‘rave party’ ahí mismo. Festichang, festichang, festichang!!!
La música del iPod, entre dos, era suficiente para que el grupo cantase.
Y bailase, claro.
Hasta los dueños de nuestro hotel, con su hijo, se nos unieron al festival.
El equipo siempre funcionaba, como podéis ver.
Por un lado, Elena y Laura.
Por otro, Ariel, Andreea y Claudia.
Yo apoyaba al pobre Luciano, que estaba cabizbajo porque no conseguía abrir las botellas con el mechero…
Otra vez la habíamos vuelto a liar, sin prepararlo. Pues nada, a cenar al Papaya, última noche. Hasta el dueño hacía ya bromas con nuestras Chang.
Aún y con el cartel, el dueño se tiraba el rollo y nos dejaba comprar alguna birreta fuera. Ya sabéis: ¡Tiradismo!
No faltaba nuestro impresionante gato.
Y los hijos de la gata, ahí en nuestra mesa, mientras la gente nos miraba con cara de flipados. Todos, menos una pareja, ella francesa y él italiano, que les gustó la historia nuestra y se engancharon al grupo.
Laura quiso hacerles una improvisación rápida.
Después, bajamos a la playa y nuestras chicas parecían ¡a tope! :DD
Allí nos quedamos un rato, tomando unas cervecitas, relajaditos en la playa. Nos despedimos de Andreea, por un día, porque el día siguiente nosotros íbamos a Railay Bay y ella se quedaba una noche más en Koh Phi Phi para poder ir a Koh Lanta, a un viaje organizado para hacer trekking con elefantes. Nosotros lo haremos en Chiang Mai en un tiempo.
No muy tarde, sobre las 12:30, nos fuimos a dormir. De todos modos, aunque no lo parezca, aquí la fiesta termina a la 1:00, por lo que no teníamos razón para demorarnos mucho más.
Control de Gastos:
- Desayuno: 300 THB (6,25 €)
- Viaje Snorkel: 690 THB (14,38 €)
- Comida: 120 THB (2,50 €)
- Cena: 400 THB (8,33 €)
- Ticket a Railay Bay: 800 THB (16,67 €)
- Birras: 80 THB (1,67 €)
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