lunes, 18 de enero de 2010

Curso de Cocina Tailandesa y despedida de Bangkok

Día 82
Bangkok

Nuestro último día en Bangkok y habíamos programado un curso de cocina Tailandesa. No nos podemos ir de aquí sin saber cómo se hace el Tom Yum :DDD Luciano no viene al curso porque tiene que ir a recoger el visado de Vietnam, y porque tampoco es muy fan del picante…

Como de costumbre, me levanté el primero de todos y me fui a imprimir los visados electrónicos de Camboya. Para mi sorpresa, casi todos los sitios de impresión/internet estaban cerrados (demasiado pronto para ellos, digo yo), por lo que me tuve que ir a una agencia de viajes a usar su impresora, previo pago por hoja, claro está.

Regresé al hotel y vi como Luciano se iba a la embajada de Vietnam. Me encontró de la misma manera como se despidió de mí por la noche, aunque él se imaginaba que no había ido a dormir. Es que viajar con estos dormilones, que están tantas horas en la cama es lo que tiene. Como me había quedado sin batería en el portátil y no quería pagar, me tuve que quedar en las escaleras, escondido de la recepción, para pincharme a un enchufe. Lo sé, lo sé, soy un tirao :DD

Cuando bajaron Ariel y Elena nos fuimos a desayunar algo muy ligero, porque en el curso de cocina íbamos a comer como auténticos cerditos.

Cogimos un taxi hasta el punto de encuentro, que era un hotel muy pijo en la zona de Silom, cerca de Patpong. Allí nos recogió el profesor de cocina, agrupó a toda la gente y nos llevó al mercado para comprar y darnos las primeras explicaciones.

Hicimos las compras principales y nos divertimos mucho con los comentarios de tipo, bujarrón con un plumazo enorme, y un cachondo mental.


Fuimos con la compra a la escuela de cocina y nos organizamos en grupos para limpiar toda la comida.


Elena y yo por un lado.


Una pareja de indios y una chica de Tonga por otro.


Ariel con su ‘amiga’ neozelandesa.


El grupo funcionaba a la perfección :DD


Y el resultado fue muy colorido.


El profesor nos dio las primeras explicaciones. Lo cierto es que el tipo no estaba muy motivado, pero era muy divertido. El primer paso era hacer la leche de coco.


Así estuvimos rascando coco un buen rato.



Después, la extracción de zumo.


La escuela de cocina, llamada Silom Cooking School (http://www.bangkokthaicooking.com/), está bastante bien preparada. Tienen tres apartamentos:
- En el primero se limpian las cosas y están las mesas para comer
- En el segundo se preparan las comidas y se dan más explicaciones
- En el tercero vive el profesor

Así, le queda para su libre la entrada, donde se colocan las cocinas y los woks.


Cuando terminamos con la leche de coco, y nos puso de gilipollas por hacerla a mano, porque la lata vale menos de medio euro, pasamos a la siguiente habitación, en la que ya habían preparado todo el material.



El primer plato era la famosísima sopa picante Tom Yum o Tom Yam (nadie sabe realmente cómo escribirlo :D). Para nuestra sorpresa, pensábamos que era un plato bien elaborado, pero es bastante simple. Las sopas en Tailandia no son como en casa que están un buen rato al fuego. Aquí, básicamente, si consigues los materiales, que es un trabajo muy complicado, el hecho de ‘cocinar’ es muy simple. Esta es mi sopa antes de cocinar.


En el wok o sartén, solamente hay agua esperando.


Después se echan todos los materiales, y a cocer un ratito.


En el caso de la sopa Tom Ka, se cambia la base de agua por leche de coco (esta la cocinó Ariel).


¡Mira qué buenos cocineros que estamos hechos!


Finalmente, el esperado resultado: un sopa TOM YAM (en mi caso, con extra de chili :P).


El siguiente paso era el Pad-Thai, fideos a la Tailandesa, tan comunes en este país, y por el que se pirra Elena. Aquí la materia prima.


En mi caso, con menos vegetales :DD


Y aquí, el resultado después de saltearlo un poco con los fideos de arroz que se dejan en remojo.



El siguiente plato es la ensalada de pollo, para Elena, con ‘carne falsa’, o sea, tofu.


Nos tocaba el curry verde. Sacamos los materiales y a moler como idiotas.


Más moler, hasta que te duelan las manos.


Pero Ariel tuvo la idea de pedir una trituradora, mucho más práctico, que estamos ya en el 2010, ¡joder! De todos modos, el profesor nos dijo que nadie lo hacía a mano, que se compraba hecho, y tienes para elegir el verde, el rojo y el amarillo. ¡Hay faena!


Ahora se pone todo en la sartén y se fríe un poquito.


Se le añade la leche de coco y se sigue removiendo.


¡Voilà!


Por fin, llegaba la hora de irnos, no sin antes comernos el postre, aunque ya estábamos llenísimos. En el curso estaba incluido el traslado de/hasta el hotel, y como habíamos venido en taxi, íbamos confiados.

La sorpresa fue que nos dijo que era hora punta y el tráfico era muy malo, por lo que teníamos que andar hasta el metro, hacer una parada y pillar el bus-barco hasta nuestro hotel, jaja. Así, lo hicimos, ¡qué remedio!

Desde el metro, observamos que mucha gente se iba almacenando en las plazas para hacer aerobic con una profesora instruyéndolos. Curioso, al menos.


Llegamos al hotel, donde Luciano nos esperaba haciéndose un masaje de pies. Claro, después de la embajada se puso a andar para descubrir la ciudad y se pegó un panzón de 9 horas caminando sin parar.

Después de una merecida ducha, fuimos a nuestro gran restaurante local en la zona, ese familiar al que fuimos cuando vinimos la primera vez, en la calle Rambuttri, en frente del hotel Sleep With Inn. Habían estado cerrados durante los 2 días desde nuestro regreso, pero hoy era la ‘última cena’ con Ariel.


Lo gestiona una familia muy agradable. Básicamente, la madre es la que cocina, el hermano mayor hace las comunicaciones y la hermana pequeña recoge pedidos. Además de un montón de gente más que ayuda por aquí. Importante: la Chang grande muy fría vale 55 baht, el mejor precio que puedes encontrar en todo el país en un bar.


Al terminar de cenar, habíamos quedado con Pedro, un instructor de buceo, también de Barcelona, que acababa de llegar a Tailandia, donde se iba a quedar unos 3 meses como profesor, después de hacer escalada en Tonsai Beach.

Los chicos se fueron al show de ‘Ping-Pong’, porque era algo obligatorio en este país. Nosotros nos unimos a Pedro y a la gente que conoció en el avión a Bangkok: una yankee, un alemán, y un belga. Les introducimos en el mundo Chang :P


Nos dirigimos al hotel a una hora prudente, para mirar Internet y preparar el viaje a Camboya, hacia donde salíamos el día siguiente a primera hora. Como no me querían dejar que enchufara el portátil a la corriente sin pagar, estuve obligado a ‘esconderme’ en el pasillo. El principal problema es que en las habitaciones, donde sí que había enchufes, no llegaba la señal WiFi…


Control de Gastos:
- Desayuno: 95 THB (1,98 €)
- Hotel: 680 THB (14,17 €)
- Taxi: 84 THB (1,75 €)
- Curso de Cocina: 2000 THB (41,67 €)
- Cena: 270 THB (5,63 €)

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